sábado, septiembre 08, 2007

¡Qué alegría volver a verte, John McClane!

Estamos ante una oportunidad única que no sé si sabemos valorar en estos momentos, en esta década, quizá como mucho en la siguiente y al igual que en unos pocos años precedentes. Están regresando muchos de los personajes con los que vivimos aquellos espléndidos años 80 en géneros como la aventura, la fantasía, la acción o la ciencia ficción. Y están regresando con sus encarnaciones originales. Lo permite el hecho de que hayan pasado sólo 20 años desde entonces. No volveremos a ver algo parecido, porque hoy la industria del cine coge una franquicia y la exprime al máximo en el menor tiempo posible. Es lo que hacen con los Piratas y Harry Potters de turno. Cuantas más películas mejor, sin que importe realmente su calidad, puesto que son productos, no cine en el sentido más extenso de la palabra, y si se pueden rodar al mismo tiempo, más dinero que se gana.
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Pero quienes hemos crecido en los años 80, estamos teniendo ahora la oportunidad de recuperar personajes como Rocky, Rambo, Indiana Jones, los héroes de Cristal Oscuro o este John McClane que nació allá por 1988, cuando John McTiernan dirigió La jungla de cristal, una de las película que marcó el camino del cine de acción al final de su década. McClane era el típico policía que estaba en el lugar inoportuno en el momento más inadecuado para salvar la situación al final. Tuvo dos películas casi consecutivas. La primera ya es un clásico del género. La secuela, dirigida por Renny Harlin (Máximo riesgo), se quedó muy lejos del original a pesar de la espectacularidad del marco elegido (un aeropuerto) y pareció acabar con la saga.
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John McTiernan la resucitó hace nada menos que doce años y con Jungla de cristal: La venganza ofreció un entretenidísimo producto de acción que cogía lo mejor de esta saga y lo mejor del cine policiaco de colegas. Con un comienzo espectacular (explosión al medio minuto, y de ahí en aumento) y un villano imprescindible (que mantiene la tensión durante 45 minutos sin haber aparecido en pantalla más allá de su voz, un Jeremy Irons fantástico), parecía un precioso final a la saga. Pero no. John McClane ha vuelto. ¡Y qué alegría volver a verle!
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La jungla 4.0 es una película más difícil de analizar de lo que parece. Lo esencial es acertado. Es John McClane el que aparece en pantalla sin duda alguna. Y eso vale para que haya merecido la pena pagar una entrada. El policía creado por Bruce Willis aparece en todo su esplendor a pesar de la edad (del actor y del personaje), soltando casi tantos tacos como de costumbre, destrozando tantas cosas como siempre y protagonizando batallas perdidas de las que por fuerza (aunque ensangrentado y con la camiseta hecha un asco) sale victorioso. Esta Jungla es la primera que no califican para mayores de 18 edad y después de verla no salgo de mi asombro. No sé que han visto (o qué no han visto) en ésta que no estuviera en las anteriores. La violencia es verdaderamente brutal en todo momento. En fin, curiosidades de la industria...
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El guión no está nada mal, sobre por el escenario que plantea, que si algo demuestra es que el cine norteamericano se ha quitado ya de encima la losa que supuso el 11-S. Ver la situación de caos total provocado por un grupo terrorista (europeo, que hay que mantener lo políticamente correcto...) que se ve en esta película seguramente no hubiera sido posible dos años atrás. Pero por fortuna, productores y director (Len Wiseman; reconozco que no esperaba mucho de quien sólo había dirigido hasta ahora las dos películas de Underworld) no se han cortado un pelo ni en lo desproporcionado del plan terrorista ni en la violencia para llevarlo a cabo. La Jungla tiene que ser violenta. Si no, no sería La Jungla.
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Bruce Willis está tan impagable como siempre en su papel de John McClane. Sabe cómo hacer que este personaje funcione y cumple a las mil maravillas. A su alrededor no todo funciona de la misma forma. No porque los actores no estén razonablemente bien, sino porque la mayoría de los personajes son auténticos y desproporcionados estereotipos, sobre todo los del villano de la función (Timothy Oliphant), el compañero de fatigas de McClane (Justin Long) o ese hacker al que da vida el también director Kevin Smith. Lo más gracioso es que la dama en apuros no es tal y esta vez, por primera vez en mucho tiempo en el cine de acción, no me desentona para nada. Mary Elizabeth Winstead da vida a la hija de McClane, la viva imagen del carácter de su padre.
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Lo peor de esta Jungla 4.0 viene de la mezcla entre el cine de los años 80 y el del siglo XXI. Las mejores escenas de la película son las que más recuerdan a las primeras películas de la saga, las que ofrecen secuencias planificadas, las que no se ruedan con un aspecto semi-improvisado gracias a la cámara en mano. Especialmente inverosímil, especialmente para una saga como ésta, es el número en el que cae todo el cine de acción contemporáneo: buscar el más difícil todavía, la escena imposible que nadie ha rodado antes. John McClane, para ser John McClane, no necesita que caza se ponga a disparar el camión que conduce, derribar el puente por el que transita, salir de un salto de ese camión en llamas para posarse en el ala de ese mismo avión, a punto de estrellarse, y salir con vida. Pero bueno, se lo perdonaremos por la alegría que produce siempre volver a ver a un personaje tan entrañable como éste...
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Si pague una entrada por escuchar la música de Rocky en el cine, ¿cómo no la iba a pagar por escuchar a John McClane volver a decir aquello de "Yippee Ki Yay, hijo de puta"...?

3 comentarios:

Mara dijo...

Ala juan, yo creo que no soy una buena lectora para tu blog jejej y es que la mayoría de las pelis que comentas no las he visto. En el caso de la jungla de cristal, la única que me gustó fue la primera y ni si quiera la recuerdo bien. De las otras conservo una ligera sensación de decepción...

Juan Rodríguez Millán dijo...

Al contrario, Mara, je, je... Me encanta dar a conocer películas que la gente no haya visto y me encanta aprender de vuestros (tus) comentarios...

Y acepto sugerencias, que conste...

Sonríe dijo...

Hola!
gracias por pasarte por mi blog. Veo que tú tienes varios... así que dame tiempo para ponerme al día.

Por cierto, yo también soy periodista.

Saludos!
Isabel.