lunes, septiembre 03, 2007

El homenaje a Ray Harryhausen en 'La novia cadáver'

En la segunda escena de La novia cadáver, Victor se acerca al piano para tocar la bellísima melodía compuesta por Danny Elfman para la película, mientras Victoria, la mujer que ya es su prometida, aún sin conocerse, se acerca silenciosamente por detrás para escuchar las notas y conocer de esta forma a quien va a convertirse en su marido. En el piano, Tim Burton, ese grandísimo fabulador, nos deja un homenaje a uno de los nombres más destacados de la fantasía cinematográfica, Ray Harryhausen. En la imagen de arriba se puede ver ese nombre como marca del piano, pero incluyo también a continuación el detalle en que se ve mejor.

Adoro esos pequeños homenajes, tan frecuentes en el cine fantástico y de ciencia ficción de nuestros días, y más si tienen como destinatarios a personajes como Harryhausen. ¿Quién no recuerda sus maravillosos efectos visuales para películas como Jasón y los Argonautas (la magia de sus esqueletos, también homenajeada en La novia cadáver, nunca ha sido superada), Hace un millón de años, El viaje fantástico de Simbad o Furia de titanes, el canto del cisne de una forma única de hacer efectos visuales? Los que nos acercamos a la treintena hemos crecido con esas películas. Ahora se me antoja difícil hacer entender a los que nos siguen, acostumbrados al mundo digital, que aquellos efectos visuales son auténticas joyas de artesanía.
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La novia cadáver es un intento más de revivir una técnica ya casi totalmente olvidada, con la que antaño se hacían buena parte de los efectos especiales de las películas, la técnica en la que Harryhausen era un auténtico maestro. Tim Burton resucitó para la maravillosa Pesadilla antes de Navidad (Burton no dirigió esa película, se limitó a los diseños y a la producción y dejó la realización en manos de Henry Selick; en La novia cadáver, Mike Johnson ejerce de codirector) la técnica de stop-motion, que no consiste en otra cosa que ir moviendo manualmente todos y cada uno de los muñecos que aparecen en el plano para cada fotograma.
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Y para dejar testimonio de lo que cuesta rodar con esta técnica, decir que se tardó nada menos que 55 semanas en rodar La novia cadáver. Eso sí, el trabajo visual es sencillamente maravilloso, porque además Burton se permite el lujo de introducir unos movimientos de cámara que nunca se habían visto con esta ténica, giros alrededor de los personajes y muchas innovaciones técnicas que dejan imágenes inolvidables en la retina del espectador (entre otros muchos detalles, merece ser destacado el impresionante el efecto que produce el velo de la novia cadáver, Emily).
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Aunque Pesadilla me sigue pareciendo mejor película que La novia cadáver, es innegable la fantasía desbordante que Tim Burton sabe dar a todas sus películas. Es una preciosa historia de amor, combinada con el humor macabro que tanto distingue al realizador de joyas como Eduardo Manostijeras o Big fish. Eso, unido al formidable trabajo musical de Danny Elfman (inseparable compositor del director, salvo en Ed Wood, que no hizo por unas diferencias afortundamente superadas), tanto en las melodías más emotivas como en las más marchosas, hacen de ésta una película deliciosa, entretenida y realmente bonita, a pesar de algún que otro desajuste en el guión que deriva en un final precipitado y no tan creíble como debiera. En todo caso, muy recomedable para los espíritus rebosantes de fantasía.

1 comentario:

Mara dijo...

Ví esta película poco después del estreno... y sabes qué? Estaba tan tan cansada que me quedé dormida!!!! y esa es una de las escenas que conseguí ver, pero se me escapó lo del homenaje! qué ojo!
Besitos!