miércoles, septiembre 14, 2011

'Cómo acabar con tu jefe', una comedia que empieza negra y acaba amable

Cuando uno se sienta a ver una comedia titulada Cómo acabar con tu jefe, lo que espera es ver una comedia negra. Cuanto más negra sea, mayor será el disfrute. Porque, seamos, sinceros, todos hemos tenidos jefes horribles y ver en el cine cómo alguien se atreve a dar los pasos que nosotros nunca daremos en la vida real tiene su punto de atractivo morbo. Pero resulta que Cómo acabar con tu jefe no es tan negra como podría suponerse. Tiene momentos brillantes, pero la mayoría de ellos se concentran en el primer tramo del filme, precisamente cuando más negra parece ser. Eso lo que hace es que, en el fondo, se vaya perdiendo cierto interés por ver cómo acaba la historia. Y acaba hace de manera bastante endeble, la verdad. Interesa mucho más ver cuan horribles son los jefes que no la manera de mejorar sus vidas que tienen los tres amargados trabajadores que protagonizan la película. No obstante, la comedia funciona bien, los personajes explotan cierto carisma y algunas de las situaciones provocan la carcajada. Amable carcajada, pero carcajada al fin y al cabo.

Como en tantas otras ocasiones, el título en español de la película está lejos de ser acierto. El original es Horrible Bosses (Jefes horribles), y no sólo se acerca mucho más a lo mejor que tiene el filme sino que, además, elude revelar la trama, algo que a lo que en España parecemos adictos de muchas maneras, también con los títulos. Es decir, que la película no empieza como una trama para acabar con los jefes de los tres personajes centrales, sino que va sobre cómo esos jefes les hacen la vida imposible. En un divertidísimo y extenso prólogo a tres bandas narrada por la voz en off de cada uno de los tres actores protagonistas (Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis) se concentra lo mejor que ofrece Cómo acabar con tu jefe. Recordando los mejores momentos de Trabajo basura, es un tan divertido como espeluznante repaso al mercado laboral que ofrece la sociedad actual. Un jefe despótico, uno irresponsable y una acosadora amargan sin límite a tres amigos, que comparten el relato de sus miserias al final de sus jornadas laborales en torno a una cerveza. Y es ahí donde fantasean con la idea de acabar con ellos y ser más felices. El título español ya destripa ese giro, qué le vamos a hacer.

El cartel de la película también nos coloca ante un dilema. El espacio principal se lo llevan los jefes (Kevin Spacey, Colin Farrell y Jennifer Anniston) y no los trabajadores. Eso es lo que incita a pensar que la comedia será más negra de lo que realmente es, porque esos tres actores, además de ser los más conocidos (y por ello tienen el mejor lugar del cartel), tienen la capacidad de ofrecer algo diferente. Pero aquí empiezan a surgir los problemas de la película en forma de altibajos. Spacey borda su caracterización, pero lo hace en la primera mitad de la película, ofreciendo un retrato más diluido y convencional en el tramo final. Farrell disfruta como un enano, aunque no termina de encajar la imagen que han elegido para él (y algo falla en su personaje, cuando en las tomas falsas que acompañan el inicio de los títulos de crédito hay toda una escena suya eliminada del montaje final). Y Anniston, a pesar de que afronta este papel como una oportunidad de cambiar de registro (lo hace, al menos aquí no parece ni interpretarse a ella misma ni a la Rachel Green de Friends), parece estar porque hacía falta una mujer atractiva y un gancho fácil para los inevitables chistes sexuales. Su parte de la historia es la más coja de todas.

Lo bueno que tiene Cómo acabar con tu jefe es que su humor amable no cae en la escatología fácil que inunda la comedia moderna y, en realidad, hace un sincero y apreciable esfuerzo de ofrecer algo diferente. No siempre lo consigue, a ratos porque la historia se retuerce tanto sobre sí misma que es difícil encontrarle una salida verosímil y a ratos por alguna que otra situación absurda (por divertida que sea la caracterización de Jaime Foxx, brillante su actuación, su personaje es de lo más ridículo, sensación que se acrecienta cada vez que aparece en pantalla). A pesar de sus defectos, lo cierto es que es una comedia divertida. Bateman Day y Sudeikis ofrecen exactamente lo que se espera de tres cómicos reunidos en pantalla y cumplen con eficacia y sin alardes. Spacey supera con creces a sus dos compañeros de reparto del bando de los jefes, hasta el punto de que si la película se hubiera titulado en inglés con el singular (Horrible Boss) todos habríamos sabido que se refiere a él.

También destacan también las bromas cinéfilas (ojo a la conversación sobre Hitchcock y Danny De Vito) y los descarnados ataques al cine americano. Hollywood ha aprendido a reírse de sí mismo, incluso de la piratería (¿aprenderemos en España?) y lo hace con unos resultados sobresalientes. Dirige Seth Gordon, realizador de documentales y series de televisión (por ejemplo, en capítulos de The Office) cuya película más popular hasta la fecha es Como en casa en ningún sitio. Como comedia negra, Cómo acabar con tu jefe se queda a medio camino. Ofrece pinceladas interesantes que, aunque son los mejores momentos de la película, no termina de rematar. Como comedia amable, no tiene tanta calidad pero garantiza carcajadas, como en la escena imaginaria de Jason Bateman, el encuentro entre Charlie Day y Kevin Spacey o la hilarante irrupción de la prometida de Day en la consulta dental en la que trabaja su novio. Divertida. No es poco.

6 comentarios:

Estela Rengel dijo...

¡¡Quiero verla!! Me encanta Kevin Spacey y me muero por verlo en este papel. Y además como dices, tiene pinta de ser al menos divertida y entretenida. :)

Gallo dijo...

Dos veces la he evitado y una fue por Capitan America, cuya opinion al respecto ya conoces...será que la tercera sea la vencida y la vea?

No soporto nada que contenga Jennifer Anniston, pero creo que el resto del elenco la sopesa.

Doctora dijo...

No había visto el cartel de la peli y me ha asombrado conocer a los actores que dan vida a los jefes (no sé cómo no les sacan en el anuncio de la peli, porque los tres protas son poco conocidos).
Jennifer Aniston no parece pegar en este personaje, es lo que tiene encasillarse, que luego cambias de rol y no te cree nadie.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Butterflied, a mí me hizo reír, y aunque tiene cosillas que chirrían, ese es el objetivo de una comedia, ¿no?

Cris, creo que es la acusación más bonita que me han hecho nunca, je, je, je... La lista nunca deja de crecer, ya te lo digo yo...

Gallo, no desentona Jennifer Anniston, pero sí su personaje. Si la vez, te darás cuenta de que la sacan de la historia con mucha facilidad, más allá del chascarrillo.

Doctora, yo lo que no había visto es el anuncio, pero la verdad es que en la película destacan mucho más los jefes aunque salgan menos en pantalla. Yo creo que la culpa es más del personaje que de Jennifer Anniston, pero si la ves ya me dirás...

VAN dijo...

Bufff... no sé no sé...

Gallo dijo...

Ya ví la película, FINALMENTE. Y me quedó mucho, MUCHO a deber. Es como una historia que empieza bien, acida y prometedora, acabando simplemente de un porrazo porque no encontraron cómo.

Kevin Spacey está sensacional. Jennifer Aniston, lo siento, es que no la trago y como terminan con ella es tan vergonzoso, es como no saber que hacer con un personaje o como el invitado incómodo que no saben como echar a la calle...me entretuvo y me arranco un par de carcajadas, pero me quedó debiendo.

Saludos!