La reinvención de historias clásicas (y no tan clásicas) está a la orden del día y el concepto, por sí solo, no tiene por qué ser negativo. Sin embargo, no entender el material que se está reinventando puede producir resultados fallidos. Caperucita Roja es, por desgracia, un buen ejemplo de este fenómeno. El cuento clásico popularizado por Charles Perrault primero y los hermanos Grimm después, se convierte aquí en una intriga de amores y asesinatos, mezclado todo ello con hombres lobo y sacerdotes capaces de combatir la amenaza de la licantropía, plasmado todo ello en un guión plagado de tópicos a todos los niveles: en los personajes individuales, en el triángulo amoroso, en el supuesto salvador del pueblo y cómo reaccionan otros personajes ante él e incluso en la resolución del misterio. Eso desemboca en un final más que previsible, aunque la directora del filme, Catherine Hardwicke (responsable de Crepúsculo, y eso es más que una clara señal de lo que ofrece Caperucita Roja) se esfuerce en trufar el metraje con falsas pistas y cuestiones sin resolver.
Usar el título de Caperucita Roja queda como una excusa para garantizar la inevitable labor de márketing del cine más que como una base argumental para la película. Olvidemos el cuento clásico, eso ayudará a evitar decepciones y odiosas comparaciones, y partamos de la historia que aquí se nos cuenta. Valerie está enamorada desde niña de un leñador llamado Peter y quiere casarse con él, pero su familia ha decidido que despose a alguien mucho más rico, el hijo del herrero del pueblo, Henry. En ese contexto, se produce un asesinato que los lugareños achacan al lobo, una criatura que, dicen, llevaba dos décadas sin atacar gracias a las ofrendas que le hicieron pero que ahora ha vuelto. Ya tenemos al lobo del cuento, que aquí, descubrimos de inmediato, es más un hombre lobo que un simple lobo. Para luchar contra él, llega al pueblo el Padre Solomon, afamado enemigo de brujas y demonios. La ambientación del pueblo y del bosque es, indudablemente, lo mejor de Caperucita Roja. Es el elemento más conseguido y, dicho entre comillas, el mejor personaje de la película.
Sin embargo, queda desaprovechado porque no hay ianterés en generar una historia de terror (a pesar de que el lema de la película sea "¿a quién tienes miedo?") y el foco de Hardwicke está puesto en unos personajes que o no llegan o se pasan, empezando por la protagonista, una preciosa pero fría imagen. Amanda Seyfried es Caperucita Roja, Valerie en realidad (se convierte, de hecho, en Caperucita Roja con un giro argumental pobre y forzado, tan forzado como el motivo por el que vuelve a vestirla durante buena parte del metraje), y su interpretación es muy poco creíble. No aporta chispa a la imagen clásica de inocencia del personaje, no desprende la sexualidad que necesita el trío amoroso en que la coloca Hardwicke y no se muestra demasiado a gusto con los efectos especiales que se mueven a su alrededor (su enfrentamiento cara a cara. No hay mucho que rascar en su personaje, aunque sobre el papel tuviera muchas más posibilidades de las que se ven en la película (por ejemplo su mismo epílogo; hubiera sido una película más transgresora y valiente aunque todavía más aleada del mito de Caperucita Roja).
Gary Oldman, Virginia Madsen y Julie Christie están llamados a darle un toque de distinción a la película. Los dos son grandes actores, pero ninguno parece creerse del todo sus papeles. Christie da vida a la abuela del cuento, y con ella se pretende precisamente establecer un vínculo entre la historia clásica y esta película, pero lo más probable es que la escena escogida para llevar a cabo esa misión provoque risas en el auditorio. Madsen es quizá el personaje más estimulante de la película, puesto que Oldman da rienda suelta al histrionismo que caracteriza a algunos de sus personajes anteriores y, aunque eleva el nivel de entretenimiento, resulta demasiado tópico. Por desgracia, como casi todo en Caperucita Roja. Incluso, por si alguien se queda tanto tiempo en la sala de cine en la que vea la película, el susto final después de los títulos de crédito, que también se ve venir. Lukas Haas da vida al cura local y es, seguramente, lo menos tópico de la película. Lamentablemente, su personaje se queda muy desaprovechado y apenas aparece en una película que no pasa de ser un divertimento juvenil.
Si con ese esquema la referencia a Crepúsculo es inevitable, también parece serlo de forma menos esperada la de El bosque. No por la calidad de la película, pues la de M, Night Shyamalan es una fábula turbadora y muy bien orquestada, muy alejada de la fallida propuesta de Caperucita Roja, sino por el entorno en que Hardwicke coloca el misterio de esta historia. El misterio es, obviamente, saber quién es el lobo y por qué mata. Y es un misterio que no está bien llevado. Al margen de lo previsible o no que pueda resultar la resolución (para mí lo fue), el desarrollo es torpe y tramposo. La película no es honesta, no cuenta todo lo que tendría que contar y cuenta demasiadas cosas con el único fin de despistar al espectador. Mucho ruido y poca historia en buena parte de lo que se cuenta, lo que desemboca en la eliminación sin sentido de algunos personajes que parecen tener una importancia capital y nula influencia de otros que sí podrían haber dado mucho juego. Caperucita Roja es una equivocada traslación de un cuento clásico, que visualmente puede ser satisfactoria pero que a nivel narrativo no aporta demasiado.
4 comentarios:
Yo vi el trailer y pensé que estaba viendo otra secuela de crepúsculo... la copia (y por qué demonios va a querer alguien copiar una basura como Crepúsculo, digo yo, por mucho que la directora sea la misma) de la dichosa saga de los vampiros me pareció tan escandalosa (casi parecía una parodia aquello de lo igual que era), que me negué ya desde ese momento a pagar por Caperucita Roja. Y después de leer tu crítica, ya no creo ni que me la descargue.
Key, es que justo parece eso, con lo que da la impresión de que sólo puede gustar a quien le interese 'Crepúsculo'. Pero no te fíes tanto de mí, que en esto del cine hay gusto para todo e igual a ti sí te va, je, je, je...
Yo precisamente la vi anoche. Y estuve mucho rato cambiando de idea en cuanto a quién podía ser el lobo.. estoy de acuerdo contigo en que actúa un poco engañosamente con el espectador. Y también estuve mucho rato pensando... pues esto no tiene mucho que ver con el cuento, no? Pero bueno, estuve entretenida durante una hora y pico, que también es de lo que se trata con el cine.
De Crepúsculo no opino porque no he visto ni una. De hecho ni siquiera sabía que era la misma directora que la de esta peli.
Buenas, yo la vi hace dos dias, la directora no me gusta nada pues intenta hacer historias de amor donde no las deberia haber, vamos q la historia de Valeri con los dos chicos es inecesaria, tampoco me gusto mucho el final, pasa muy rapido...pero no me parecio que los actores actuaran mal, ami amanda me gusto mucho como lo hizo, me gusta como actua esa actriz, pero la culpa es de la directora de crepusuclo, que porcierto, no me gusta, me parece muy ñoña, pero es por eso, que intenta meterle historias de amor donde no deberia haberla y eso reduce el tiempo a q pasen cosas mas interesantes, pero a pesar de todo eso, la pelicula me entretuvo bastante y puedo decir que me gusto, no tanto de lo q esperaba, pero si algo.... un saludo
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