miércoles, marzo 09, 2011

'Morning glory', risas y carisma

Está claro que el cine hay que verlo cuando hay que verlo. Porque es la única forma de entender que Morning Glory me haya dejado tan buen sabor de boca. La miras detenidamente y no es una gran película. No tiene un buen guión, muy previsible y con olor a refrito. Es una mirada demasiado amable sobre un tipo de periodismo que a mí, la verdad, no me entusiasma. Pero desborda simpatía y produce risas. Eso es lo más inesperado, claro, pero es que hacía tiempo que no me reía tanto con una película. No vayáis a pensar que es la comedia más desternillante de la historia, pero tiene sus puntos. Y esos puntos tienen su origen en el carisma que desprenden sus actores protagonistas. Porque Harrison Ford, por fin, ha encontrado un papel que le va como anillo al dedo después de años de naderías en las que no encajaba (con el intermedio de volver a ser Indiana Jones, por supuesto) y porque Rachel McAdams demuestra un talento innato para la comedia. Lo demás no es nada del otro mundo, pero es una cinta simpática.

Vaya por delante una advertencia: no estamos ante una comedia romántica. Hay un romance, por supuesto, porque eso no puede faltar en una película hecha en Hollywood, pero no es eso lo que ofrece Morning Glory. Su protagonista es la ya esterotipada mujer joven entregada por completo a su trabajo que encuentra un reto en el que todo se pondrá en su contra pero del que hará lo imposible para salir airosa. Un cliché muy visto. Y muy visto también el entorno amable de la televisión que retrata la película. Amable porque no pretende hacer crítica alguna sobre lo que se cuenta. No es un análisis de la televisión actual o sobre los programas matinales de variedades. Morning Glory no pasa de ser lo que es, una peliculita simpática con actores carismáticos. Buscarle más profundidad equivale a experimentar un chasco inmenso en su visionado. Pero si se ve como lo que es, una comedia ligera, cumple a la perfección con su misión de entretener.

Y como la película en sí misma no ofrece mucho donde rascar, el mérito de esa empatía que despierta está indudablemente en sus actores. Morning glory empieza con una conversación (¿es muy maquiavélico trazar un paralelismo, a la baja por supuesto, con el prodigioso comienzo de La red social?) en la que se busca asentar la personalidad de la protagonista, Becky Fuller, una mujer que no llega a los treinta y que vive entregada por completo a su trabajo como productora de un programa en una emisora local. Por eso mismo, no es capaz de tener una vida sentimental normal. Es además una mujer que habla mucho y que no domina los usos sociales para cambiar su forma de actuar. El retrato suena atractivo, pero Roger Mitchell (director de Notting Hill) cambia pronto de rumbo. Esa adicta al trabajo pronto encuentra también lugar para los sentimientos y su labia pronto se ve enterrada por la apabullante presencia de Mike Pomeroy, un periodista de prestigio y malencarado con el que empezará a trabajar.

Es decir, que la película empieza con trampa. Lo quye vemos en la primera escena no encuentra reflejo después. La Becky de esa conversación inicial no termina de ser la misma persona que aparece en el resto de la película. Perdonada esa incongruencia, Rachel McAdams demuestra un talento especial para la comedia amable, lo que unido a su versatilidad (Sherlock Holmes, Más allá del tiempo, La sombra del poder) hace de ella un nombre y un rostro muy atractivos para todo tipo de película. Aquí sale triunfante a pesar de estar rodeada de grandes nombres. O, mejor dicho, precisamente por eso. Porque hay química en sus (un tanto escasas) escenas con Jeff Goldblum y, sobre todo, con Harrison Ford. De hecho, es la aparición conjunta de McAdams y Ford lo que dispara la película. Suyas son las mejores escenas, incluso cuando no están compartiendo plano pero sí secuencia. Diane Keaton, mucho más sosa de lo que uno podría esperar, a veces parece sobrar más allá de su papel de catalizador, pero en ese lugar sí funciona (ver el pique en pantalla de Keaton y Ford ante una McAdams primero boquiabierta detrás de las cámaras y después enfurecida delante de ellos).

Morning glory es una de esas muchas películas que ofrecen visiones complacientes y nada arriesgadas de un mundo profesional en concreto. Son la excusa para enfrentar personajes muy dispares y ver lo que sucede. Es una clave cinematográfica muy usada, muy manida, pero que funciona cuando el casting es acertado. Aquí lo es, y por eso la película acaba funcionando. Sin dejar una huella demasiada profunda en el espectador, pero sí ofreciendo cien minutos de entretenimiento sincero, correctamente rodado, bien acompañado musicalmente y, sobre todo, muy bien interpretado. Una película perfecta para ver cuando uno necesita olvidarse del mundo y sonreír.

7 comentarios:

Jo Grass dijo...

De acuerdo al 100 % en toda tu excelente reseña. Poco más que añadir a lo dicho, excepto que es imprescindible la VO, porque como bien dices, el casting hace mucho y el doblaje se carga todo el trabajo de los actores, convirtiénodlos en rufianes de serie mala de televisión.

Aprovecho unos minutos para colarme en el ordenador de mi sobrino, arggg. Qué mal llevo lo de no tener cómo escribir.
besos

Sonix dijo...

Vaya, ahora sé por qué Jo no actualiza tanto últimamente. ;D
Esta no la he visto todavía, espero hacerlo en cuanto pueda ya que, al parecer merece mucho la pena. A veces viene bien una comedia bienintencionada para relajarse un poco.

María dijo...

Yo he leído el libro. La peli no la he visto pero intuyo que es igual de divertida.
Quiero verla!
Muchos besos!!

lamotta dijo...

¿Has visto "Primos"? Para mí ésa sí ha sido la mejor comedia de los últimos años...no me reía tanto desde hacía demasiado...Y es una película sana, profunda, bella.

Key Hunters dijo...

Pues ahora quiero verla. Con lo que me aburrí con Los Chicos Están Bien, no me vendría mal entretenerme un rato :)

Juan Rodríguez Millán dijo...

Jo, muchas gracias como siempre, je, je, je... Estoy muy de acuerdo casi siempre en lo de la versión original. Y en este caso creo que la voz de perro viejo que pone Harrison Ford lo justifica indiscutiblemente. Yo, como siempre, ansioso de que escribas de nuevo...

Sonix, justo es eso, una comedia bienintencionada. Y con buenos actores, que eso siempre es agradable de ver...

María, sí, ya vi que disfrutaste con el libro, así que seguro que con la película te pasa igual. Ya me dirás...

Lamotta, pues tengo que reconocer que no la he visto y que a priori no me llama demasiado la atención. Si tengo la oportunidad, me acordaré de ti...

Key, pues entretiene, entretiene, eso seguro... Ya me dirás qué te parece si la ves.

VAN dijo...

El otro día vi el trailer y me dio la impresión justa de lo que dices. Con las ganas que tengo de reírme no tardaré en verla!