· DRACULA (1931)
"Yo no bebo... vino".
Tras la fantasmagórica y aterradora aparición de Bela Lugosi en pantalla, poco a poco se van dando a conocer detalles sobre el personaje. Y uno de ellos es el esencial. Cuando Renfield, de viaje de negocios en Transilvania, insta al Conde Dracula a unirse a él en la mesa, éste le replica de una forma tan categórica como terrorífica. Vino no. Pero sí bebe, ya lo creo que sí. Renfield no sabe lo que bebe Dracula, el mejor Dracula que ha visto nunca la pantalla, pero el espectador sí. Yo tampoco bebo vino... ni sangre.
· LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1939)
"A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre".
Uno de los parlamentos, de los diálogos y de las escenas más famosas del cine de siempre, el final de la primera mitad de Lo que el viento se llevó. Vivian Leigh, sobre un atardecer rojizo y haciendo una solemne promesa, la de que nunca más volverá a sufrir penurias. Poco sabía la buena (¿buena?) de Escarlata O'Hara que todavía le quedaba más de hora y media de sufrimiento en la película. Yo no he pasado hambre, no, pero ¿quién no se acuerda de este memorable momento?
Casablanca es la película que más frases célebres ha dejado en la Historia del cine. Lo difícil es escoger sólo una. Que si puede ser el comienzo de una gran amistad, que si de todos los cafés del mundo tuvo que entrar en el mío, que si tócala otra vez Sam (cosa que, en realidad, no se llega a decir en la película). Pero como en el fondo soy un romántico incurable y, además, no conozco de la capital francesa más que uno de sus aeropuertos, me tengo que quedar con ésta. Y es que nunca hubo una pareja como Bogart y Bergman. Bueno, Bogart y Bacall, pero esa además de en el cine vivió su pasión en la vida real.
No podía faltar en esta lista una película de Billy Wilder. Y no podía faltar el mejor final posible de una comedia sencillamente extraordinaria. Después de toda una película preguntándonos cómo iba a acabar la imposible relación entre Daphne (Jack Lemmon) y Osgood (Joe E. Brown)... nos quedamos con las ganas de saberlo. ¿Por qué? Porque podemos ser muchas cosas en esta vida, ricos o pobres, sensatos o alocados, hombres o mujeres, pero hay una cosa que no podemos ser por mucho que nos empeñemos: perfectos. ¿Y quién quiere perfección...? Yo no. Me gustan esas pequeñas imperfecciones que hacen de la vida algo apasionante.
"Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar".
Pensad en una frase que os haya puesto los pelos más de punta que ésta. Porque el Padrino, don Vito Corleone, Marlon Brando, lo dice como si nada. Sin amenazar realmente. Pero se ve todo lo que hay detrás de esa sencilla frase. Una oferta que no podrá rechazar. El "no podrá" no implica que la oferta sea tan buena que sea imposible decir no. El "no podrá" significa exactamente eso, que no va a poder rechazarla. Y sólo de pensarlo, insisto, se me ponen los pelos de punta. La amenaza más limpia y hermosa que ha dicho un mafioso en la pantalla. Y en un peliculón de esos imposibles de olvidar.
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Un tiburón ataca en la costa y hay que cazarle. Vale. Hasta ahí todo parece relativamente fácil, ¿no? Salen tres hombres con un barco a alta mar con ese objetivo. Y entonces es cuando uno de ellos, el jefe de Policía Brody (Roy Scheider), ve por primera vez y de cerca al bicho que quiere cazar. Es grande. Muy, muy grande. Y a Brody no le queda más remedio que asumir que va a necesitar un barco más grande para cazar al animal asesino. Como en tantas y tantas cazas de la vida real, hace falta un barco así.
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"¿Me estás hablando a mí?".
Decía un poco más arriba que pensárais en una frase que ponga los pelos de punta. Es esta. Travis (Robert De Niro) frente al espejo, planeando su cruzada contra aquellos que hacen de Nueva York una ciudad peligrosa. Con un arma en su mano. Y recreando cómo va a reaccionar cuando se encuentre al primer listo al que ajusticiará. Lo que uno siente al ver esta escena sólo se parece a lo que sentí al ver a Clint Eastwood en Gran Torino. Y, no, nunca jamás en la vida le he dicho esta frase a nadie en serio. Yo no soy capaz.
Decía un poco más arriba que pensárais en una frase que ponga los pelos de punta. Es esta. Travis (Robert De Niro) frente al espejo, planeando su cruzada contra aquellos que hacen de Nueva York una ciudad peligrosa. Con un arma en su mano. Y recreando cómo va a reaccionar cuando se encuentre al primer listo al que ajusticiará. Lo que uno siente al ver esta escena sólo se parece a lo que sentí al ver a Clint Eastwood en Gran Torino. Y, no, nunca jamás en la vida le he dicho esta frase a nadie en serio. Yo no soy capaz.
La Fuerza, siempre la Fuerza. Ni la suerte ni nada parecido. Lo que tiene que acompañar a la gente para que las cosas le salgan bien es la Fuerza. Lo complicado en esta saga es recordar qué personaje dijo esta frase en qué escena. Yo siempre me quedo con esa en la que Han Solo (Harrison Ford) se la dice a Luke Skywalker antes del ataque a la Estrella de la Muerte. No creerá en la Fuerza, pero sabe que es lo que su amigo necesita oír. Y si Han lo dice, es que algo tiene que haber... No hay mucha gente que me lo ha dicho, no, pero es una frase que yo sí suelo utilizar. Que la Fuerza os acompañe a todos.
Si alguna vez el cine se ha acercado a la poesía, es en este parlamento de Blade Runner. La misión del replicante Roy Batty (Rutger Hauer) llega a su fin ante el blade runner Deckard (Harrison Ford). Y entonces, sólo entonces, Roy es capaz de expresar el inmenso e infinito valor de la vida. El de esos pequeños y grandes recuerdos que nos mantienen vivos. El de todo aquello que se perderá cuando dejemos de respirar. Y no importa quién escucha esos sentimientos. Lo importante es plasmarlos para que no se olviden, antes de que se pierdan como lágrimas en la lluvia. Como las lágrimas que siempre me despierta esta escena.
"Mi casa, teléfono".
Pocas cosas me han generado más asombro en un cine que ver a E.T. hablar por primera vez. Y no tiene nada que ver con que tuviera cuatro años cuando lo vi. Tiene que ver con la magia, con los sueños y con la empatía que uno puede sentir con un personaje, por mucho que no sea en realidad más que un amasijo de cables y plástico. Lo de "teléfono, mi casa" es sólo uno de los incontables momentos mágicos que tiene esta película. Pero es algo que permanecerá para siempre en mi memoria. Y seguro que en la de otros muchos que, como yo, cayeron un bue día bajo el influyo de esta preciosa e inolvidable película. Que levante la mano quien no haya dicho nunca "teléfono, mi casa" intentado imitar la voz de E.T. ¿Hay alguien? Pues no sabes lo que te has perdido...
5 comentarios:
Mi favorita es la de "Lo que el Viento se Llevó", película maravillosa... Tiene otra frase célebre que es "Francamente Querida, me importa un bledo..."
Es verdad que "Casablaca" tiene innumerables frases, pero me quedo con "Lo que el Viento se Llevó".
Otras películas fabulosas las que nombras. Suerte
Me encantan este tipo de entradas; la leí ayer y hasta ahora le he estado dando vueltas a la memoria para encontrar frases ;P
Billy Wilder es una fuente inagotable de buenas frases, pero hay una de "Uno, dos, tres" que me hizo mucha gracia. Cuando los rusos están negociando la comercialización de la Coca-Cola por la URSS, uno de ellos ofrece a cambio una gira gratuita del ballet ruso por los Estados Unidos. El protagonista (ahora no recuerdo quién era) le contesta: "a nosotros no nos interesa la cultura, sólo el dinero". Gran definición de nuestra sociedad...
Otro de los grandes compiladores de frases antológicas es Woody Allen. En "Misterioso asesinato en Manhattan" está la genial "cada vez que escucho a Wagner me entran ganas de invadir Polonia". En "Annie Hall" la sincera "en Hollywood no tiran la basura, la transforman en televisión". En "Hannah y sus hermanas", cuando Woody Allen tiene una crisis religiosa les pregunta a sus padres cómo puede ser que existieran los nazis si Dios es bondadoso, y su padre le contesta que "si no sé ni cómo funciona la nevera, ¿cómo voy a saber por qué existieron los nazis?" Por último, en una película que no recuerdo Allen confiesa que "la última vez que estuve dentro de una mujer fue en la estatua de la libertad".
"El Padrino" es más una película de "momentos" que de frases, pero también tiene alguna muy buena. Descartada la que tú pones, yo me quedaría con "no es nada personal, sólo son negocios" o "es un mensaje siciliano, significa que Luca Brasi está durmiendo con los peces".
En la otra obra maestra de Ford Coppola, "Apocalypse now", encontramos, por motivos obvios, "Charlie no hace surf", y también la conocida "me encanta el olor a napalm por la mañana. Huele... a victoria. Sí, algún día ganaremos esta guerra...".
En "Gilda" hay una declaración de feminismo puro y duro que bien podría patrocinar Bibiana Aído, cuando la Hayworth dice que "si yo fuera un rancho, mi nombre sería Tierra de nadie".
Y en una película del oeste que no recuerdo, hay un momento fantástico. Uno de los cowboys le dice a otro que salga a mirar si hay indios. El otro le dice que por la mañana vio a un mohicano, a lo que el primero le contesta: "si lo viste, no era un mohicano".
Y para acabar, acudamos al maestro. En "Sin perdón" está la mejor definición que puede darse del asesinato: "cuando matas a un hombre, le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría llegar a tener".
Por último, te iba a contar una anécdota de frase que, sin ser estrictamente de cine, alguna vez utilizo en la vida real, pero me he dado cuenta de que me iba a quedar demasiado larga. Si eso la pondré en los próximos días en mi blog :-)
Ah, y como se me ocurran más frases amenazo con volver por aquí!!!
Uy Juan, ya sabes lo tentadores que resultan para mí estos post y lo que me gustan las listas alternativas. Ahí va una más con diez frases míticas de la historia del cine... español
-Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo os la voy a pagar (Bienvenido Mr Marshall)
-Ya sabía yo que al final acabaría jugando al tute con mi prima (Viridiana)
-Siente un pobre a su mesa (Plácido)
- Señooooritooo (el 90% de películas de Gracita Morales)
- Milana bonita, milana bonita (Los santos inocentes)
-Rrrriegeme, vamos, no se corte, rrriegeme (La ley del deseo)
-Ya quisiera yo poder mentir, pero soy testiga de Jehova y las testigas de Jehova no podemos mentir (Mujeres al borde de un ataque de nervios)
-Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario (Amanece que no es poco)
-Tengo 23 años, 50.000 pesetas en el bolsillo y estoy solo en el mundo, espero ser un buen marido para ti y un buen padre para tus hijos (Atame)
-Me llamo Angela, me van a matar (Tesis)
Leila, sí, esa frase de Clark Gable es inolvidable también... Lo que el viento se llevó es la clásica película que me da cierta pereza revisar, aunque ya va tocando...
C.C.Buxter, vaya, a ver si con estos posts te voy a estar distrayendo del estudio, je, je, je... La de Misterioso asesinato en Manhattan estuvo entre las que barajaba, junto a la que citas de Apocalypse now (la del napalm, claro...).
Ya me has dejado con el gusanillo de conocer esa anécdota, je, je, je... Y vuelve cuando quieras a este post, que ya sabes que aportaciones como éstas me encantan, las que añaden además de comentario más información para disfrutar...
Dexter, ya sabía que este también te iba a gustar, je, je, je... El cine español y yo, ya sabes, no nos llevamos demasiado bien, pero aunque sólo sea por recuperar clásicos como Bienvenido Mister Marshall y Plácido, ya habrá merecido la pena...
Bebita, siempre he visto ese parlamento (frase se queda corto, je, je...) bastante triste, ¿no...? Será que Trainspotting no me llegó del todo...
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