miércoles, agosto 24, 2011

'Beautiful boy', portentosos Maria Bello y Michael Sheen

Hay películas que uno ve por los actores. Al final, ellos son lo más reconocible de un producto cinematográfico e incluso sin saber de qué va el filme en cuestión uno se lanza para verles a ellos. Eso suele suceder con las grandes estrellas de Hollywood, pero a mí me pasa más con grandes actores de la segunda fila, esos que no atraen gente a los cines, esos que no anteponen sus nombres a los títulos de sus películas en un cuerpo de letra más grande, esos que son capaces de llenar la pantalla aunque la mayor parte de los espectadores no puedan recordar su nombre o dónde les han visto anteriormente. Maria Bello y Michael Sheen son dos de esos actores. Y, por eso, cuando tuve la posibilidad de ver Beautiful Boy me lancé sin pensarlo. Bello y Sheen no sólo no defraudan sino que superan con creces las expectativas. Son dos actores portentosos, capaces de llevar el peso de cualquier historia. Incluso pasan por encima de los defectos que se aprecian en Beautiful Boy y consiguen que sea un filme notable.

Beautiful Boy es la historia de cómo un matrimonio de mediana edad intenta superar una tragedia que amenaza con truncar sus vidas. Detallar qué tragedia, aunque ésta forme parte de cualquier sinopsis que se pueda encontrar del filme, es absurdo y elimina uno de los muchos puñetazos en el estómago que lanza el filme. No obstante, el argumento (dejo en manos de cada uno leerlo o no) ya deja claro que estamos ante un enfoque valiente y arriesgado, novedoso y profundamente sensible. Sólo por eso, esta película ya merecería la pena. Después de un corto y una película para televisión, y siendo un bailarín y coreógrafo, Shawn Ku se lanza al cine comercial con una película que tiene mucho de independiente, con una historia durísima y sin concesiones qué él mismo ha escrito con un suceso real y cercano como base. Se le nota cierta inexperiencia en algunos tramos, tanto en la dirección como en la escritura, pero sale bastante bien librado de un trance complejo. Lo fácil es caer en la sensiblería, y eso lo esquiva con mucha habilidad para ofrecer una historia de personajes que descansa en el brutal trabajo de sus dos protagonistas.

Maria Bello es una actriz a la que, por desgracia, se descubrió de forma tardía. Tiene ya 44 años y empezó a dejarse ver en el cine para el gran público a finales del siglo pasado, cuando apareció en Payback (1999) o El bar Coyote (2000). En realidad no fue hasta Una historia de violencia, la brutal y magnífica película de David Cronenberg, cuando se empezó a reparar en ella. Ha trabajado mucho desde entonces, pero está lejos de ser una estrella. Quizá es porque Hollywood ya no hace estrellas de esa edad. El caso es que Maria Bello se ha convertido en una de las presencias femeninas más estimulantes que tiene el cine contemporáneo. La quieran ver o no. Michael Sheen necesita menos presentación, porque ha formado parte de títulos bastantes destacados de los últimos años, como El desafío. Frost contra Nixon, Tron Legacy o esa pequeña joya británica que es Damned United, pero su lanzamiento como actor también fue relativamente tardío. Si fue capaz de llegar a la altura de Frank Langella en El desafío, es capaz de dar vida al personaje que se proponga.

Ambos bordan su trabajo en Beautiful Boy con una maestría y una sencillez que sólo puede recibir los más encendidos elogios. Encuentran docenas de matices en personajes reales, normales, incluso anodinos si se quiere. Ofrecen una evolución impresionante, hacen creíble una historia en común que arranca años antes de lo que se nos cuenta en la película. Desprende química, pero no sólo entre ellos sino como parte de las vidas que hay que entender de sus personajes, a los que dotan de personalidad propia, alejados sobre todo en el caso de Sheen de trabajos anteriores. No es fácil dar vida a personas reales y Maria Bello y Michael Sheen lo consiguen con categoría. Son dos trabajos portentosos, bien secundados además por un grupo de secundarios entre los que destaca Alan Tudyk (uno de los integrantes de la impresionante Firefly, una serie por desgracia poco conocida y de corta duración que dio lugar a la película Serenity).

La dirección de Ku se pierde en ocasiones algunos de esos matices interpretativos, más pendiente de buscar encuadres originales y movimientos de cámara que denoten la tensión de la escena que de aprovechar lo mucho que le ofrecen sus actores. Pero, aún así, se trata de un drama tan notable y sencillo como arriesgado y completo (lo que no quiere decir que responda a los interrogantes, eso queda en manos de cada persona que vea la historia, como debe de ser). Beautiful Boy es una película que abren numerosos debates éticos y morales, que lleva al espectador a preguntarse cómo se sentiría uno mismo en la dura situación que se nos plantea y que brinda una pareja protagonista sencillamente espectacular como principal baza para que la película enganche. Y engancha durante la poco más de hora y media que dura. Engancha y permanece. Por desgracia, ésta será una película casi desconocida. Se vio en el Festival de Sebastián de 2010, se estrenó en Canadá en septiembre de ese año y a Estados Unidos no llegó hasta junio de 2011. En España no hay fecha prevista para su estreno. Una pena.

2 comentarios:

Sonix dijo...

La vi un día de estos en una web de por ahí, leí la sinopsis (así que ya sé qué tragedia y no será una sorpresa para mí) y enseguida me dispuse a hacerme con ella. Después de leer tu crítica, siento aún más curiosidad, a ver cuándo puedo ponerme con ella, a ver si me gusta tanto como a ti. Las historias que le hacen pensar a uno me suelen gustar, esta promete mucho.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sonix, como dije, yo sólo la vi por el reparto. Y me encantó. No te voy a decir que lo pasé bien, porque la película es un puñetazo en el estómago, pero es notable.