viernes, enero 29, 2010

Recuperando 2009

Buena parte del poco cine de 2009 que me faltaba por ver ya está recuperado. Aquí va el balance.

· THE VISITOR
Por mucho y muy bueno que hubiera escuchado de la interpretación de Richard Jenkins, poco era lo que me esperaba en general de esta película. Y resulta que es una historia maravillosa, preciosa, entrañable y emotiva, magníficamente escrita y deliciosamente interpretada. Es una película sobre el conocimiento que tenemos de nosotros mismos. Es un filme sobre la soledad, sobre la amistad y también sobre el amor, de cómo podemos encontrarlas en las personas y en los lugares más insospechados y de lo fácil que es perderlos, por muy bien que hagamos las cosas. Cuando te das cuenta de que tus manos están moviéndose como las del protagonista cuando le enseñan a tocar el tambor, te das cuenta de lo mucho que estás disfrutando con esta película. Toda una sorpresa.

· PLANET 51
La película más cara del cine español y uno de sus productos mejor vendidos es exactamente eso: un producto. Funciona para los más pequeños y en la medida en que uno esté dispuesto a asumir que no hay nada nuevo, nada original, nada especialmente emocionante y nada que te llegue al alma. Esta historieta de ciencia ficción está más pendiente de los homenajes a títulos clásicos del género que consigan enganchar a los adultos que de desarrollar una historia propiamente dicha, que es lo que en realidad podría engancharlos de verdad. Para los niños no me cabe duda de que funciona, porque presenta todos los arquetipos posibles. Técnicamente, una gozada. Y más teniendo en cuenta su procedencia. Chapeau a su falta de complejos. Pero le falta algo de espíritu para poder ser algo más que un entretenimiento infantil pasajero. Pero eso lo es y muy dignamente, lo que también tiene su mérito.

· 2012
Roland Emmerich destrozando el mundo. Eso ya lo había hecho, pensaréis. Pues lo vuelve a hacer. Y aunque de vez en cuando no viene mal un ejercicio de sana destrucción, ésta vez hay un inconveniente más: dura 158 minutos. Más de dos horas y media. Si fuera un divertimento de hora y media, indudablemente sería mucho mejor. Cuando ves otra vez una escena con un perro salvándose por los pelos de la destrucción, concluyes que, como era de esperar, es mejor ver de nuevo Independence Day que perder el tiempo con este episodio de la destrucción planetaria. Porque la destrucción más interesante ya la hemos visto en el trailer y la película sólo añade chlicés, chistes malos, personajes y situaciones de lo más inverosímil y a veces incluso repetitivas y una supuesta diversión que está vacía de contenido y de ideas. Sorprende ver a actores de reputación por aquí, pero supongo que de algo hay que comer. Y que tiemble Obama: otra vez el planeta se hunde con un presidente negro en la Casa Blanca.

· EL IMAGINARIO DEL DOCTOR PARNASSUS
Dos eran las razones para ver esta película, un Terry Gilliam desatado en uno de sus universos de fantasía y la última actuación del fallecido Heath Ledger, después de que el mundo entero se asombrara con su Joker en El Caballero Oscuro. Y uno se queda con una sensación extraña. ¿El motivo? Que lo que mejor funciona es lo que no estaba previsto, la argucia argumental con la que Gilliam completa los pasajes que Ledger no pudo rodar por su muerte (le sustituyen, con más o menos acierto pero con bastante interés, Johnny Depp, Jude Law y Collin Farrell; el mejor, como era de esperar, el primero). La parte de fantasía funciona mucho mejor que la parte del mundo real, y esa es justo en la que apenas interviene el desaparecido actor. Eso no es culpa suya, por supuesto. Un peldaño más en el imaginario de Gilliam que sabe a poco pero que gustará a sus incondicionales. Pero se le podía haber sacado más jugo a la apuesta del Doctor Parnassus y a ese mundo dentro del espejo.

· DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS
Spike Jonze no es precisamente un director que haga películas fáciles y Donde viven los monstruos no lo es. Una buena historia a medio camino entre el cuento infantil y un cine con moral consigue el objetivo a medias. Entretiene y puede hacer que el espectador piense (si pone bastante de su parte), pero visualmente no me acaba de llegar. Quizá Jonze usa una paleta de colores demasiado oscura para un mundo en el que el chaval protagonista tiene que ser un rey feliz. Quizá era lo que buscaba su director y es una interpretación equivocada de este espectador. Quizá hubiera funcionado mejor de otra forma. O con otro director más habituado a trabajar en mundos tan explícitamente fantasiosos (Cómo ser John Malkovich tenía elementos así, pero estaba anclada en el mundo real). Y mientras tanto la película se ha pasado. Y no se ha pasado mal, pero deja menos poso del que me hubiera gustado.

4 comentarios:

C.C.Buxter dijo...

Para variar, no he visto ninguna de estas películas, aunque tengo ganas de ver "The visitor", de la que también he oído hablar muy bien (como comprobarás, yo más que ver cine, oigo hablar de cine, jeje).

Lo malo de Emmerich no es que destroce el mundo, sino que suele destrozar el cine...

Rosa Chover dijo...

coincido contigo en The visitor, la disfruté mucho y yo también movía las manos mientras él tocaba, es inevitable meterte en su piel... las otras ni he visto ni veré, pero te recomiendo en animación El número 9, es una maravilla y un derroche de imaginación ternura y abismo...

Juan Rodríguez Millán dijo...

C.C.Buxter, pues eso hay que remediarlo, je, je, je... Creo que no te arrepentirás de ver 'The visitor'. El caso es que Emmerich destroza el cine pero gana una pasta con ello...

Manuela, me alegra leer que te produjo sensaciones similares. Para mí 'The visitor' ha sido un sorpresón, no me esperaba algo así... 'El número 9' me gustó mas de lo que esperaba, visualmente es fabuloso... aunque el guión me pareció algo endeble. La historia daba para más. Pero disfruté mucho con su imaginación.

Reverendo Pohr dijo...

"The Visitor" me pareció una "bonita balada cinematográfica". Es una pena que aquí se haya dado poco a conocer.

En el "imaginario" es fascinante el derroche de imaginación de Terry Gilliam. Y no se hace tan pesada como producciones suyas anteriores.

Emmerich... no comprendo cómo no le han nominado a los Razzies este año, porque sus películas son tan entretenidas como repletas de lerdidud (stupid entertainment). Aunque supongo que, de todas maneras, Kaye pone el listón muy alto con Transformers 2 y merece llevarse el "honor" del 2009.