Viendo la arriesgadísima trayectoria reciente de Dreamworks, en la que sus películas de dibujos animados abrazan historias bastante poco habituales en este campo (Turbo) o con elementos que apuestan por cambiar las reglas del juego con osadía (Cómo entrenar a tu dragón), Home, que adquiere en España el subtítulo de Hogar, dulce hogar, puede ser un ligero paso atrás. Pero en realidad lo que supone es la búsqueda de un público distinto, uno más infantil de lo habitual. No es que en Home haya cosas que chirríen demasiado, pero sí es verdad que la película apuesta por un humor más sencillo, por unas moralejas sobre la familia y la amistad mucho más claras y por un modelo visual mucho más llamativo. En resumen, se busca el deleite de una franja de edad muy baja. El adulto más satisfecho será probablemente Rihanna, que puede sumar a su imperio multimedia el doblaje de la chica protagonista y las cinco canciones que coloca en la banda sonora del filme.
Y eso que en realidad la propuesta abre cuantiosas posibilidades para dar rienda suelta a la imaginación de los adultos, pero a ellos se les da satisfacción sólo muy de vez en cuando. La historia es sencilla, como no podía ser de otra manera. Los Boov son una raza alienígena de pequeños bichos de color cambiante con sus emociones que huye por toda la galaxia de unos seres de aspecto siniestro. En los nuevos mundos que colonizan, recolocan a toda la población y ocupan sus asentamientos. Por supuesto, este periplo les lleva a la Tierra, y por supuesto el protagonista será un Boov que no es como los demás que, por supuesto, trabará una amistad de circunstancias con una niña que tampoco se adapta al mundo en el que vive antes de la invasión de esta raza. Con eso ya está desplegado el habitual contraste entre diferentes con esas similitudes que al principio ninguno de los dos ve pero que les acabará acercando. Sí, es lo de siempre, por muy simpático que resulte por momentos.
En esa parte inicial se condensan los chistes que pueden hacer gracias al público más adulto, que también disfrutará con la simpática manera a modo de flashbacks en la que se resuelven algunos de los gags, pero el interés de la película está en proporcionar un trepidante entretenimiento a los niños, una vez que el simpático aspecto del protagonista les haya capturado por completo. En ese sentido, siempre da la impresión de que hay un intento de sumar el merchandising a los réditos económicos de Home, aunque no con tanto descaro como para que no haya un trabajo a la hora de construir los personajes, al torpón pero entrañable Oh o al líder de los Boov, el Capitán Smeek. En realidad, se apuesta por lo mínimo, porque no hay demasiados personajes con un papel lo suficientemente extenso como para requerir un doblador de importancia. En la versión original, Rihanna, Jim Parsons, Jennifer López, Steve Martin y Matt L. Jones son los únicos que pueden presumir de tener un personaje algo desarrollado. Es decir, la película busca lo más básico, lejos de complicaciones.
Por ello, no sería justo ignorar que cumple con sus objetivos, es honesta y directa, sabe cuándo acelerar el ritmo y no está mal llevada por Tim Johnson, director que había explorado terrenos mucho más adultos y complejos en Antz o Simbad. La leyenda de los siete mares. Incluso son moralinas, que se ven venir a la legua, están correctamente insertadas en la película, sin más ánimo de romper tópicos que encontrar una protagonista que cumpla con las cuotas que el cine de animación también quiere dar ya a las minorías raciales. Se quedan por el camino ideas que podrían haber hecho de Home una película mucho más arriesgada, pero probablemente por el camino se hubiera perdido a los más pequeños, niños que ya hayan dejado de ser bebés que puedan vivir su primera aventura en el cine con este mundo lleno de colores, formas divertidas, chistes y acción alocada. Y en ese sentido es una diversión correcta, sin más pretensiones pero con toda la sinceridad del mundo.
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