viernes, marzo 27, 2015

'El nuevo exótico Hotel Marigold', una agradable reunión de viejos amigos

Pocos medios como el cine han sabido explotar las reuniones de viejos amigos. Hace tres años, El exótico Hotel Marigold fue un perfecto ejemplo de esta forma de montar una película. En un Hollywood rendido a la juventud, encontrar una película de reparto veterano tan agradable como esta fue un soplo de aire fresco, y también lo fue en taquilla, machacando los prejuicios de la industria. Y si un filme así, que costó diez millones de dólares, recauda casi 150, puede verse como algo evidente que haya una secuela. El nuevo exótico Hotel Marigold viene a cumplir objetivos parecidos a los del primer filme. Dirigida como aquel por John Madden, esta continuación es tan agradable como su predecesora. No tan original, desde luego, pero tampoco tenía un gran gigante que batir. El exótico Hotel Marigold era correcta y su continuación también lo es. Sin dramas sobre las secuelas (que, sí, también pueden hacerse en un cine más independiente y no pasa nada) y sin buscar tres pies al gato. Entretiene, divierte y emociona. Sin más. Pero tampoco menos.

Este tipo de cine crece, obviamente, por la presencia de sus actores, y son ellos los verdaderos culpables de que la historia funcione. Y aunque se echa mucho de menos a Tom WIlkinson, una de las principales excusas para gozar de la primera película, repite buena parte del reparto original, encabezados por Maggie Smith, Judy Dench y Bill Nighy, en quienes está claramente puesto el foco de esta cinta coral, junto con la agradable y carismática presencia de la joven pareja que forman Dev Patel (actor que da la impresión de interpretar a todo personaje hindú que se cuela en un filme americano... y siempre convenciendo) y Tena Desae, con lo que hay razones de sobra como para disfrutar esta secuela de la firma forma que el filme que dio origen a esta serie. Smith es, de hecho, la auténtica conductora de la película, su motor emocional y el nexo real entre todos los personajes, así que es inevitable sentir un aprecio especial por su trabajo. Y los añadidos, principalmente Richard Gere y David Strairhairn, encajan a la perfección

Con tantos nombres repitiendo y con los nuevos personajes entrando con fluidez, el guión es algo sencillo de hacer. Pero también ahí hay que hacer alguna precisión. Como en la primera película, el libreto es obra de Ol Parker. Pero si bien la primera estaba basada en una novela, aquí recorremos territorio virgen. Y eso es algo que sí se puede aplaudir con fuerza. Tantas veces Hollywood se ha empeñado en adaptar libros de forma literal que encontrar una continuación natural a una historia que no tuvo novela se entiende como un maravilloso soplo de aire fresco. Parker, además, consigue que los personajes sigan siendo los mismos y a la vez evolucionen. Sin grandes florituras, sin enormes sorpresas, porque no es este el tipo de cine que requiere movimientos tales estridencias, incluso sabiendo de antemano que muchos de sus giros se van a producir exactamente como acaban aconteciendo. Pero da igual. El caso es disfrutar del viaje. Esa es una de las moralejas de la película y es perfectamente aplicable a la forma en la que hay que entender el filme.

Por eso, El nuevo exótico Hotel Marigold es una de esas películas tan fáciles de hacer como simpáticas de ver, una de esas que apuestan por el buen rollo, por los sentimientos amables, por la felicidad y el colorido, todo ello superando las barreras que se plantean durante el filme para acabar llegando a un final bonito, aunque matizable en algún aspecto (eso también es un acierto, porque limita su ya asumida previsibilidad). Sigue siendo una delicia ver a un reparto tan veterano captando toda la atención del espectador, porque eso supone una violación en toda regla de los dictados de la dictadura de la imagen que nos impone la cultura popular, y por mucho que todo lo demás siga el manual de la perfecta secuela y gracias a eso se pueda adelantar cada suceso de la película, son dos horas sumamente agradables. No cambiará la vida de nadie ni hará historia en el cine, ¿pero acaso no es una de las funciones del séptimo arte la de entretener y hacer que olvidemos nuestros problemas? Pues bienvenidos a El nuevo exótico Hotel Marigold.

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