Hace poco más de dos años se habló más de la fidelidad, o infidelidad, del Sherlock Holmes de Guy Ritchie al original literario de Sir Arthur Conan Doyle que de sus virtudes como película, que las tenía. Ahora, ya asumidas las líneas en las que se mueve esta libre pero no tan alejada adaptación, la duda era si Sherlock Holmes. Juego de sombras mantendría el nivel de entretenimiento de la primera. La respuesta es negativa, y la primera mitad de esta secuela hace temer lo peor durante muchos minutos, pues hay torpeza en la narración, injusticia en el veredicto hacia los resquicios de la primera película y algo de aburrimiento. Pero todo cambia en la segunda mitad. Ahí regresa el sano espíritu aventurero y gamberro de la primera entrega, una acción original y divertida, unos personajes muy bien formados y un clímax magnífico. Salvada la temida catástrofe, uno sale del cine con buen sabor de boca, aunque sea una película inferior en casi todo a la primera.
Da la impresión de que Guy Ritchie se ha debatido entre marcar un punto y aparte con respecto a la primera película o que fuera un punto y seguido. Y dudando, lo que ofrece precisamente es un producto dubitativo que se equivoca en lo que quiere dejar de lado y lo que quiere rescatar de la película original. Arrincona a dos personajes de gran protagonismo en la primera entrega, dándole un simple cameo a uno y un indigno e injusto final a otro. Se equivoca, sobre todo en lo segundo, porque menosprecia puntos positivos del filme de 2009, aunque entonces no terminara de explotarlos. Potencia lo que ya vimos, es decir, las habilidades deductivas de Holmes incluso en las peleas, y eso huele a repetitivo. Y apuesta por una forma de rodar más propia todavía de Guy Ritchie que lo visto en el Sherlock Holmes que sirvió de apertura a esta saga, dificultando el seguimiento de la acción. Tampoco parece razonable la insistencia en comenzar la película con las mismas alusiones al futuro de casado de Watson, gracias que ya cumplieron su objetivo en la primera mitad.
El guión, además, tarda en arrancar, supeditado a lo que se mantiene del primer filme con acierto y fidelidad: la calculada química que hay entre Robert Downey Jr. y Jude Law. Ambos actores disfrutan, y se nota, de sus papeles. Encajan en ellos a la perfección y se complementan de una forma sutil y natural, sus diálogos fluyen y las situaciones, por descabelladas y absurdas que puedan parecer (y aquí esa frontera se sobrepasa una o dos veces), acaban teniendo credibilidad. Eso sostiene la primera mitad de la película, pero, claro, es algo que ya está visto. Además, ésta es la película de la verdadera introducción de Moriarty, atisbado sólo entre las sombras en la primera entrega, y eso, en una historia de Sherlock Holmes, obliga a la excelencia. Sin embargo, y a pesar del buen e intenso trabajo de Jared Harris al dar vida al villano definitivo del detective más famoso del mundo, en la primera mitad no se atisba la grandeza del personaje. Ni de la historia. Por eso, la sensación de una larga hora de película es decepcionante. Al margen de Downey Jr. y Law, sólo destaca la introducción de Stephen Fry como un divertidísimo Mycroft Holmes (desternillante su encuentro con la esposa de Watson).
Contra todo pronóstico, y cuando la esperanza estaba a punto de desvanecerse por completo, Guy Ritchie y su equipo parecen abrir los ojos y recuperan todo lo bueno que tenía la primera película. A partir de la impresionante escena de huida de la fábrica de armas (innovadora, emocionante y muy bien subrayada por la música del genial Hans Zimmer, a ratos poderosamente oscura y a ratos juguetona, en sí misma, mezclándose con música clásica e incluso con los efectos de sonido), todo cambia, se recupera el sentido más aventurero de la cinta original, su toque de comedia elegante y emocionante thriller de misterio. Con los admisibles excesos que ya vimos en Sherlock Holmes, pero también con ganas de ofrecer algo nuevo y diferente. El clímax no es tan físico como intelectual, y se convierte en lo que uno espera del deseado duelo en la pantalla, y sobre un tablero de ajedrez, entre Holmes y Moriarty. Es una escena en la que todos los actores se crecen (especialmente Jared Harris, porque de la pareja protagonista ya conocíamos su capacidad), en la que Guy Ritchie acierta en sus planos, en su montaje y en sus diálogos, un final espléndido para una película que no había comenzado precisamente con el mismo vigor e interés que la primera.
Sherlock Holmes. Juego de sombras deja sensaciones contradictorias, porque contradicción parece haber en su propia concepción. Mezcla aciertos y errores tanto en lo que rescata de aquella primera película (la química de la pareja protagonista o el irresistible encanto de Rachel McAdams está entre lo mejor, la repetición de trucos visuales y chistes es lo peor) como en lo que quiere introducir de novedoso (magnífico Stephen Fry y el Moriarty de Harris en la segunda mitad; desconcertante el guión en su primera mitad y la introducción de los gitanos encabezados por una Noomi Rapace que parece algo perdida... hasta el clímax final). Pero si acertamos a escoger los aciertos de la película, lo cierto es que queda un producto simpático. Menos que la primera película, desde luego, porque la capacidad de sorpresa se ha perdido y porque el inicio de esta secuela es bastante descorazonador. Pero como resulta que lo mejor de Juego de sombras está al final, predomina el buen sabor de boca. O será que entré al cine con ganas de que me convencieran de que no iba a ser el desastre que temía y me acabé encontrando con dos grandes escenas que compensan los fallos.
8 comentarios:
No quiero decir ni mu hasta que la vea. La primera me pareció muy entretenida, con grandes efectos y unos personajes creíbles, excepto el de la chica. A ver si coincido contigo ahora.
Besos y felices REYES
Seguramente vaya a verla el sábado, y me lo pasé muy bien con la primera. Así que me alegro de que no la hayan "cagado" demasiado, aunque hay cosas que no me convencen demasiado, como ese personaje de la gitana. Por otro lado, está Jared Harris, que me encanta como actor. Veremos qué tal, aunque de momento me he quedado más tranquila.
Un beso!
Sorprendentemente, no he visto ni siquiera la primera... Soy muy desconfiado de las adaptaciones de este estilo (principalmente porque tengo un gran afecto por el personaje original, y no me gustaría verlo envuelto en una historia que no sea digna de él). Lo cierto es que para tomar a Holmes y a Watson y devolverlos a la vida, hay que tener mucho coraje y una buena historia para contar.
Me han contado lo de las escenas de peleas, y bueno... Que Sherlock tuviera una gran capacidad deductiva y poderes analíticos es una cosa, pero lo que me han contado... En fin. Supongo que debería ver alguna de las dos, sólo para hacerme con una opinión de primera mano.
Como incondicional de Conan Doyle... No sé si el escritor puso mucho énfasis en la creación de Moriartti. Lo creó más bien porque le convenía hacerle un enemigo, un enemigo que fuera capaz de llevarlo al fin del mundo y al término de su vida. De hecho, aparte de La aventura del problema final, Moriartti no vuelve a aparecer nunca más en la saga. Es mencionado en La aventura de la casa vacía, por evidentes razones, y luego en El valle del terror, pero esa novela fue escrita mucho después de la publicación del primer cuento en que aparecía James Moriartti. De hecho, se presume que la historia narrada en la novela es anterior a los sucesos de El problema final, y no obstante, en El problema final Holmes pregunta a Watson si alguna vez ha oído hablar de Moriartti. Watson responde negativamente, y entonces Holmes comienza una perorata con las palabras "No es de asombrar"... Siendo que, en la historia contada en El valle del terror, se hace alusión explícita a Moriartti, en presencia de Watson y de MacDonal. Por eso, no creo que Doyle le hubiera dado demasiada importancia a Moriartti en su momento y siempre me ha parecido extraño que en las adaptaciones de Holmes a otros medios se haga mucho énfasis en ese personaje. Por supuesto, la ausencia de información de él en los cuentos y novelas da pie a escribir mucho sobre él, pero no sé si alguna vez se ha logrado.
La esencia pura de Holmes es la de una máquina de pensar que resuelve misterios y desteje tramas criminales. Detrás de esas tramas no importa quién esté, siempre y cuando sea un digno rival para la mente de Holmes. Por mi parte, la persecusión por el Támesis en El signo de los cuatro, que es, hasta la fecha, la imagen más activa que Doyle escribió de forma explícita con Holmes, perdería todo interés y valor si no tuviéramos todo una estructura intelectual por detrás.
Me has convencido. Haré un esfuerzo por ver alguna de las dos (con preferencia la segunda parte, a ver qué impresión me causa ver la secuela sin antes haber visto el original). Así de paso voy al cine XD
La primera me gustó mucho y tengo muchas ganas de ver esta segunda... ya veremos...
Bueno, creo que ya sabes lo que pienso, ya me has leido :-P
Un abrazo!!
Jo, a ver, a ver, que tengo ganas de saber tu opinión...
Sonix, a mí la gitana tampoco me ha convencido demasiado. Tiene alguna explicacióm, pero... Jared Harris está fenomenal, sobre todo al final.
C., por el final deja ese buen sabor de boca, y por los actores, que se lo pasan de miedo...
Nicolás, yo la verdad es que no soy ningún experto en el personaje, seguro que de mis palabras han deducido que yo tengo una imagen universalizada por películas y series y no tanto por las novelas de Conan Doyle. Por lo que pude leer en su momento, aquí hay excesos, eso está claro y tú mismo lo dices, pero creo que el conjunto no es tan descabellado. A mí me gustó más la primera, ya lo he dicho, pero ésta se puede ver de forma más o menos autónoma. Ya me dirás si la ves...
Van, pues lo mismo que a todos, ya me contarás qué te ha parecido...
Meg, sí, je, je, je... Coincidimos sólo en parte, ya te dije que a mí me convenció más la otra...
Me ha encantado la peli!!!! Igual que la primera! Y Robert Downey Jr. es un crack!
Esta película me encanta, pues está llena de aventuras, lo que más me gustó fue la actuación de Robert Downey Jr. como Sherlock Holmes, le da un toque de comedia especial, además de que actúa muy bien.
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