Andrew Niccol tiene la extraña capacidad de llamar mi atención antes de ver sus películas y que éstas se me antojen insuficientes después de verlas. Siempre interesantes, eso sí, porque sus temas, sus escenarios y sus inquietudes son apasionantes, pero nunca deja sensaciones completamente satisfactorias. Le vuelve a suceder en In Time, una fábula futurista con un planteamiento cargado de posibilidades, algunas escenas maravillosas pero un resultado final que se pierde en la cotidianidad del cine actual. In Time desaprovecha algunos temas trascendentes que plantea para ofrecer un thirller previsible, con una pareja protagonista demasiado cercana al prototipo marcado por un estudio de mercado y superada en interés por un buen antagonista que, en todo caso, también sabe a poco. Lo mejor de la película está en sus primeros veinte minutos, formidables y esperanzadores, y eso deja una sensación gris al final, pero sus puntos de interés son atractivos.
Gattaca determinó para siempre la carrera de Niccol. Guionista y director de aquella hermosísima película de ciencia ficción, todo un estudio sobre la condición humana y un título de culto casi desde su estreno, confirmó que tenía un futuro brillante con el libreto de la formidable y no del todo valorada como se merece El show de Truman, dirigida por Peter Weir. Pero después de estas dos joyas, Niccol se ha convertido en un director y guionista más inconstante. Como decía, me atraen sus pretensiones pero sus películas me decepcionan en cierta medida. Me sucedió con Simone, que debía ser una ácida crítica al mundo del cine y que se quedó en un cuento entretenido, y me pasó con El señor de la guerra, que tenía que haber sido un furibundo ataque al mundo en que vivimos y que no termina de ser redonda. Por supuesto, sucede también con In Time, que presenta un mundo futuro fascinante en el que el dinero ha sido sustituido por el tiempo. Todos los seres humanos dejan de envejecer fisicamente a los 25, pero entonces sólo les queda un año de vida... más el tiempo que puedan conseguir con su trabajo, sus apuestas, sus intercambios. La inmortalidad al alcance de la mano, pero a la vez impensable.
El escenario resulta fascinante desde numerosos puntos de vista, y hubiera resultado fácil hacer con él incluso una parábola sobre la situación económica actual, pero ese concepto apenas le resulta interesante a Niccol y sólo lo utiliza como mínima excusa. Su interés se desvía a lo humano, y gracias a ello consigue un arranque de película muy bueno, sin dudo lo mejor del filme. En ese tiempo hay dos escenas llenas de lirismo, poesía y emoción que recuerdan a las mejores partes de Gattaca, bien acompañadas por la música de Craig Armstrong y muy bien montadas. Ahí parece que In Time va a ser más de lo que acaba siendo realmente. Y es que a partir de ese momento, a Niccol lo que le atrae es el contraste de mundos (los pobres en tiempo, permanentemente cercanos a la muerte, y los ricos, los que se pueden permitir una vida de lujos) y el thriller más puro de persecuciones. Cae, por ello, en el tópico de formar una pareja joven y atractiva, en la que pesan más los intensos ojos azules de los dos actores elegidos que su capacidad para formar personajes sólidos.
A Justin Timberlake no se le puede negar el intento de no encasillarse, ya que busca papeles y géneros muy diferentes con cada película. No obstante, está todavía lejos de provocar la misma fascinanción que consiguió en La red social. Amanda Seyfried maneja un personaje que logra más en lo visual que en lo argumental. Es difícil entender sus motivaciones en esta película, en la que sí pone en pantalla un enorme atractivo físico. Ambos personajes son bastante más endebles de lo que requiere una historia como ésta, y son claramente superados por el guardián del tiempo, un policía de la época, que interpreta Cillian Murphy (el Espantapájaros en las películas de Batman de Christopher Nolan), un buen retrato de la obsesión pero que Niccol resuelve de forma fría y quizá injusta con las expectativas que levanta. Incluso en Olivia Wilde, en un papel secundario, se intuye una cierta frialdad que no evita, eso sí, su emocionante participación en una de esas dos secuencias poéticas de las que hablaba antes. No se puede decir de los actores, como de la película en general, que estén mal, pero deja una sensación desasosegante tener sobre la mesa un filme con posibilidades que no cuajan.
Lo que termina destacando en In Time es la acción, sus persecuciones bien rodadas y bien ejecutadas, pero son demasiadas las películas que se costruyen sobre esa base y ésta, con su notable arranque, prometía bastante más. Sigue siendo una película interesante, que ayuda a seguir configurando la filmografía de un director y guionista que al menos arranca sus proyectos desde perspectivas originales y novedosas, y cuenta con un reparto lo suficientemente atractivo y carismático como para que entretenga durante sus 104 minutos. Pero tenía ganas de ver a Andrew Niccol volviendo a demostrar la genialidad que emana de Gattaca. Y es una pena porque In Time tenía, indudablemente, el potencial y los argumentos para recuperar esas sensaciones, pero los atisbos de trascendencia se queda en el primer cuarto del filme y los de crítica social se asumen arrinconados en el último. Como entretenimiento, en todo caso, cumple, pero habrá que seguir esperando esa nueva película sobresaliente en la carrera de su creador. Ya prepara The Host, otro título de ciencia ficción que promete. Veremos.
3 comentarios:
Todas las críticas que he leído y escuchado coinciden contigo en que el planteamiento inicial mola, pero que después deriva en una peli de acción previsible y del montón.
Por el rollo futurista y lo de la huida constante me recuerda un poco a "Minority Report" y aunque no va a pasar a la historia del género francamente no se me ocurre de qué otra forma podría haberse desarrollado el guión. Vale que a lo mejor le podían haber dado un aire más profundo, pero vamos, yo tenía claro lo que iba a ver, creo que en ese aspecto la peli no engaña a nadie.
Esta vez sólo leo por encima, que la quiero ver :-)
Doctora, yo creo que la misma 'Gatacca' le abría caminos que podría haber aprovechado. Y 'Minority report', con todas las similitudes que citas con acierto, también. No engaña, no, pero a mí me decepcionó.
C., aunque decepcione, sí que tiene elementos interesantes. Para mí, sólo con esas dos escenas que decía ya está justificada la película. Pero es una pena que no dé algo más, material tenía para ello.
Meg, ya sabes que intento evitar los spoilers siempre, pero lo entiendo, je, je, je... Ya me dirás qué te ha parecido.
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