Una historia más o menos popular, un mundo de fantasía, actores conocidos y reconocidos... y sin embargo El cascanueces en 3D es un pequeño gran naufragio. Falla como musical, porque las canciones añadidas al relato (aún peores con el doblaje) son extrañas. Falla como relato de fantasía porque no tiene excesiva imaginación y los efectos especiales son malos y poco disimulados. Falla incluso en sus actuaciones, que van desde las exageradamente ridículas como la de John Turturro a las incapaces de creerse lo que están haciendo como la de Elle Fanning. Muy poquito que salvar en una película decepcionante, que no convence a ningún nivel y que deja bien claro por qué ha tardado tanto en estrenarse en nuestro país (el filme está acabado desde comienzos de 2009, nada menos).
Teniendo en cuenta que estamos hablando de la adaptación cinematográfica de un ballet clásico, lo suyo sería que la música sostuviera el espectáculo. Pero no, es justo al contrario. Las canciones cuentan con letras inadecuadas, infantilonas y bastante aburridas. Con eso, la película ya pierde buena parte del encanto que podía tener. Pero no es el mayor de sus problemas. Andrey Konchalovskiy (director conocido por ¡¡¡Tango y Cash!!!) no sabe encontrar el tono ni el ritmo adecuados, y eso que afirma que es el proyecto que siempre quiso dirigir. El fallo es generalizado, con un guión soso, unos diálogos manidos y poco imaginativos, un reparto perdido y un aspecto visual bastante pobre, empezando por un 3D no sólo ya innecesario, sino que apenas se aprecia en ninguna escena, y eso que va incrustado en el mismo título de la película.
El mismo cascanueces es un personaje mal llevado. Como muñeco de madera, es un efecto especial de escasa calidad (como el resto de las imágenes digitales del filme, que a veces parecen propios de un producto amateur más que de una película comercial); como niño parece un personaje completamente diferente, algo a lo que contribuye que el juguete tenga una voz diferente. De hecho, ni siquiera es fácilmente aceptable que la niña protagonista adore con tanta facilidad al cascanueces, lo que dificulta notablemente la inmersión del espectador en la historia. Si el perfil del protagonista, aún siendo más cercano al tradicional, ya sorprende, la concepción de las ratas como un remedo de los nazis deja una absoluta sensación de sorpresa y perplejidad. Es un detalle que no aporta absolutamente nada a la historia, ni siquiera a nivel visual, dada la torpe organización de las tropas en pantalla.
Podrían salvar la película los actores, pero ni siquiera. John Turturro parece haber perdido el norte (del mismo modo que en Transformers, pero con un papel completamente diferente), histriónico y exagerado hasta decir basta y otra de las víctimas de los malos efectos especiales. Elle Fanning (que nadie se asuste de verla más pequeña que en Super 8, es que, repito, la película lleva dos años en una estantería) mantiene todo el grado de encanto natural que tiene, pero parece perdida actuando al lado de efectos digitales. Sólo Nathan Lane (haciendo de Albert Einstein; se le quiere colocar como narrador que habla directamente al espectador en alguna escena, pero ese es otro de los detalles que no tiene ningún sentido lógico ni intencionalidad aparente) o Richard E. Grant mantienen un poco el tipo, pero sus personajes tampoco cuenta con perfiles precisamente brillantes, por lo que tienen poco que hacer.
El cascanueces en 3D es una de esas películas que dejan una sensación bastante amarga al final, porque material hay de sobra para hacer una cinta mínimamente atractiva. Esta versión quiere ser una especie de cuento infantil que rememore lo que fue en los años 80 Dentro del laberinto, por aquello de que una chica real se adentre en un mundo de fantasía, pero los resultados distan de ser cercanos. Pretende ser una especie de cinta infantil navideña, pero tampoco está cerca de conseguirlo. Quizá no es más que la traslación a la pantalla grande de un viejo sueño de su director, pero estoy seguro de que él mismo, si tanto cariño le tiene a esta historia, habrá visto mejores versiones. Y así este título se queda sólo para aquellos completistas que quieran ver a alguno de sus actores favoritos (en mi caso, quería ver a Elle Fanning), aunque ninguno de ellos esté precisamente brillante. Una pena.
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