viernes, mayo 20, 2016

'X-Men. Apocalipsis', y vuelta a empezar


Por Sonia Rodríguez Fernández

Regresan los mutantes de X-Men de la mano de Bryan Singer tras Días del futuro pasado con un nuevo y poderoso villano: Apocalipsis (Oscar Isaac). Este nuevo personaje, nos cuenta la historia, parece ser el primer mutante que existió. Más conocido en su tiempo original, en Egipto, como En Sabah Nur, al ser único mutante en esa época, se ve a sí mismo como un dios entre los débiles, los simples humanos. Por una traición, como ocurre en estos casos, es enterrado durante siglos, despertando de su letargo en 1983 y descubriendo que el mundo que él tenía en mente no es ni de lejos parecido al que tiene delante: los humanos comunes dirigen la Tierra, sin ningún tipo de poder y obligando a los mutantes (a los que él ve cómo sus hijos) a controlarse, a ser precavidos y muchas veces a esconderse, por lo que Apocalipsis decide juntar a sus Cuatro Jinetes y poner orden en lo que ve como un caos sin sentido.

Para llevar a cabo su purga, Apocalipsis necesita nuevos adeptos, esos Cuatro Jinetes que le ayuden en sus propósitos, por lo que, muy listo él, elige a mutantes que en ese momento estén desencantados del mundo como son Mariposa Mental (Olivia Munn), la que será Tormenta (Alexandra Shipp) y Ángel (Ben Hardy), junto con un viejo conocido, Magneto (Michael Fassbender), al que comprendemos mejor que nunca. Enfrente, los buenos, claro, a la cabeza con Charles Xavier (James McAvoy), Bestia ( Nicholas Hoult) y Mística (Jennifer Lawrence), al igual que la agente especial de la CIA Moira MacTaggert (Rose Byme), que repiten en sus papeles de las anteriores entregas, además de las caras nuevas que hemos visto crecer a lo largo de la serie original, Cíclope (Tye Sheridan), Jean Grey (Sophie Turner) y Rondador Nocturno (Kodi Smit-McPhee). Todas las nuevas incorporaciones llegan pisando fuerte, y no dejan nada indiferente.

¿Dónde empiezan los problemas? Pues por varios frentes. Lo primero, el argumento. Sí, Apocalipsis en el cómic es un gran villano, pero aquí se mueve en una historia que parece ser la tónica general de las últimas películas de X-Men: hay un problema, nos juntamos aunque estemos enfadados y volvemos a empezar... Un bucle del que parece que Bryan Singer no sabe salir. Lo segundo, la pérdida de identidad de varios personajes, cómo son Bestia, Magneto y Mística, que parecen totalmente desganados, un tenemos que estar porque es lo que toca, muy lejos de la convicción por la causa que mostraban en las primeras películas de la saga. Y no podemos olvidar al malo malísimo más que trillado al que parece hay que meter con calzador en las últimas entregas: Striker, interpretado por Josh Helman, que aparece más para rellenar que para otra cosa, y desaparece de la misma manera absurda con la que aparece.

Por supuesto, la película tiene cosas buenas, todas las nuevas incorporaciones refrescan y están muy bien, destacando Tormenta y Jean Grey, y sobre todo esta última, por ver a Sophie Turner en un papel distinto al de Sansa Stark en Juego de tronos y que deja ver lo que puede llegar a hacer. Oscar Isaac, aunque con un maquillaje que parece lo que es, maquillaje, también está muy bien, llegando a imponer y a dar algo de miedo en varias escenas. Pero X-Men no es X-Men sin su icono, Charles Xavier, con un James McAvoy que vuelve a estar soberbio en el papel del mejor telépata del mundo, con permiso de Jean Grey, claro. En conjunto, X-Men. Apocalipsis entretiene, pero dista de ser una de las mejores de la saga. Esperemos que en próximas entregas la historia evolucione y salgamos de esta horquilla temporal, tanto de historias como de personajes (hay aparición sorpresa y ya trillada incluida) para ver una evolución real de los personajes.

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