viernes, octubre 19, 2012

'Looper', formidable epopeya de viajes en el tiempo

La ciencia ficción está en forma. Desde hace unos años, es fácil encontrar títulos que tienen la capacidad de convertirse en pequeños clásicos de forma instantánea. Sucedió con District 9, Moon, Código fuente o Destino oculto y pasa ahora de nuevo con Looper, una muy estimulante propuesta sobre viajes en el tiempo que sólo tiene un pequeño y probablemente debatible defecto: su duración. Puede que le sobren unos diez minutos de sus dos horas para alcanzar el sobresaliente, y es que la sínstesis es una capacidad que tienen pocos directores actuales, pero el viaje es igualmente entretenido y original. Looper es también la demostración de que, en la ciencia ficción, todo está en la idea y en los personajes. Y Looper tiene ambas cosas, además de una ambientación espléndida, toques de western y cine negro y un reparto espléndido. Puede que esa mezcla haga que algunos momentos de este filme suenen a ya vistos, pero la mezcla funciona demasiado bien como para que eso suponga un reproche.

Bienvenidos a otra de esas películas que no son amigas de las sinopsis. No voy a contar nada de su desarrollo, sólo la premisa básica fundamental. Estamos en el año 2044. Treinta años más adelante se habrá inventado el viaje en el tiempo. Y prohibido de inmediato por sus peligros. Pero las mafias lo utilizarán para deshacerse de todos sus cadáveres en el pasado, donde no se puedan rastrear. Para eso, tienen en el presente asesinos a sueldo, conocidos como loopers, que son enviados a una localización y momento concretos para disparar a la víctima, atada y encapuchada, que aparece ante ellos. A su espalda encontrarán su pago, lingotes de plata. Como es una actividad prohibida, lo único inusual que se puede encontrar un looper es a sí mismo pero más viejo, puesto que las mafias a veces deciden eliminar todo cabo suelto de sus operaciones. El pago entonces es en oro y mucho mayor. En otras palabras, se garantiza al looper un retiro inmejorable de treinta años de duración.

La premisa es intrigante. Y la historia que monta a su alrededor el semidesconocido Rian Johnson (director de Brick y The Brothers Bloom) es espléndida. Quizá esos minutos que le sobran puedan estar en la introducción a este singular universo, pero es indudable que la explicación es fascinante y sirve como trampolín para atrapar al espectador. De la mano del looper Joe (un Joseph Gordon-Levitt con aspecto ligeramente retocado, tan sobresaliente como siempre), nos adentramos en el sórdido mundo de esta nueva casta de asesinos a sueldo. Y una vez que formamos parte de este mundo es cuando Johnson desata la acción. Pero lo hace de un modo poco habitual en este tipo de cine, en pequeñas dosis, lentamente, con un ritmo pausado pero nunca cansino. Con leves pinceladas de ciencia ficción (algún escenario, algún vehículo, algún diálogo) y mucho de desarrollo de personajes. Todo para ir comprendiendo poco a poco un cuadro mucho mayor del que parece que se va a mostrar al principio.

Y es que Looper no se detiene en la acción o en algún momento espectacular (que los tiene, ojo a la irrupción del pistolero Jesse y cómo se resuelve la escena), sino que plantea reflexiones sobre las consecuencias de los actos, incluso sobre el sentido de la vida (¿no aborda esto de alguna manera todo título de ciencia ficción?), a través de personajes sensacionalmente escritos, humanos incluso dentro de la frialdad de algunos y creíbles siempre. Se parte de la ciencia ficción y el thriller de acción para llegar al western en cuanto entran en juego Sara (Emily Blunt) y su hijo, Cid (un tan joven como sorprendente Pierce Gagnon), y más adelante todo se mezcla para cerrar un escenario formidable y sin apenas fisuras, en el que Bruce Willis vuelve a destacar, porque siempre habrá cosas en pantalla que estarán bien hechas siempre que las haga él, y en el que Jeff Daniels demuestra que incluso los diálogos más absurdos pueden funcionar en una película de ciencia ficción si el actor cree en ellos tanto como el guionista que los ha escrito.

Looper es mucho más que una película de viajes en el tiempo, mucho más que una cinta de ciencia ficción. Otra vez hay que insistir en que el género no hace al público, sino que es la historia lo que puede hacer que merezca la pena. Seguro que habrá quien lea lo de esta sociedad del futuro y la máquina para retroceder al pasado (cuyos efectos, por cierto, se plasman en la pantalla con una sencillez que, por eso mismo, parece rompedora) y piense "esa película no es para mí". Sería una pena, porque Looper es uno de los mejores títulos del año, de los más sólidos, de los mejor construidos y de los que mejores debates deja para después de la proyección. La película está compuesta con inteligencia, gran sentido del ritmo y del espectáculo, creando un mundo extraordinario con personajes formidables. Con un poco más de precisión en la introducción, sería insuperable, pero tal y como está es sencillamente una gozada. Sí, la ciencia ficción sigue de enhorabuena.

2 comentarios:

Doctora dijo...

Pensaba haberla visto ayer, pero no pude.
Curiosamente he leído que los mejor es la primera parte de la peli, que después pega un giro raro. Ahora tú dices que igual lo más flojo sea el inicio. Estoy muy intrigada, y si son sólo dos horas tampoco es tan larga (aunque eso no implica que no le sobren minutos).

Juan Rodríguez Millán dijo...

C. como halago, precioso. Muchas gracias. A ver si ahora la ves y te gusta...

Doctora, creo que eso se puede deber a que soy un consumidor apasionado de la ciencia ficción. Me meto con mucha facilidad en los universos de las películas sin necesidad de muchas explicaciones, y por eso creo que es ahí donde le sobra algo a Looper. Ya me dirás qué te ha parecido...