viernes, mayo 31, 2013

'Hijo de Caín', otro thriller trampa

Hijo de Caín es una idea bienintencionada que acaba desaprovechada. Es un thriller trampa como tantos otros, que cae en los mismos errores de siempre y que da tanta importancia al giro de guión que no se da cuenta (¿no se quiere dar cuenta?) de la ingente cantidad de errores que comete en el camino. Y es una pena, porque hay una pretensión atractiva en la película, hay propuestas interesantes y hay una más que correcta forma de llevarla a la pantalla. Pero es, sobre todo, un engaño, una trampa, un resultado falseado ya desde el mismo título (tanto el de la novela de Ignacio García-Valiño en que se basa, Querido Caín, como el del filme) y del cartel, que otorga todo el protagonismo a un José Coronado que no es precisamente quien lleva el peso de la historia. Y eso se lleva por delante muchas cosas. Porque incluso aunque la película se vea con cierto agrado y facilidad, pensar en detalles de la misma acaban por convertirla en algo tan absolutamente inverosímil que, en el fondo, no hay por dónde cogerla.

Se ha convertido en una irritante costumbre del thriller construir una película desde el impacto final sin tener ningún respecto por el desarrollo. Hijo de Caín quiere ser diferente y, sin embargo, cae en los mismos errores. La diferencia la quiere marcar por un entorno interesante, mezclando el tratamiento psicológico de un adolescente de 14 años con tendencias aparentemente violentas con su incipiente maestría en el ajedrez. Y eso le da algunas escenas francamente logradas, pero encuentra, al mismo tiempo, el mayor error de todo su planteamiento, un final que, obviamente, no procede desvelar y que es inverosímil, en sí mismo y en confrontación con lo que sucede durante la misma película. Como tantas otras cosas, demasiado cogida con alfileres como para asumir que funciona la idea que se intenta vender. La idea es simpática, sí. Pero es un ejercicio divertido para ésta y para otras tantas películas ir contando los momentos en que el plan maestro que se expone se iría al garete con una pizca de verosimilitud.

Insisto en que es una pena porque Jesús Monllaó Plana, director debutante en el mundo del largometraje, sí consigue una puesta en escena interesante en algunos momentos. Y digo en algunos porque otros se convierten en simples trampas, algunas incluso de una torpeza simplista (la escena inicial, el rastro de sangre, la desaparición de un personaje en el clímax final...). El director forma un reparto solvente, encabezado por un chico joven debutante, David Solans, que quizá echa en falta un trabajo de dirección que esquive precisamente las trampas que hacen divagar a la película. De entre los adultos, Julio Manrique es el más entonado y el que más partido saca a su personaje. José Coronado y María Molins (¿alguien puede explicar por qué es tan inevitable que haya una escena de desnudo, que además es tan emocionalmente absurda que saca por completo de la película por el momento en el que se produce?), simplemente correctos, en línea con la película, sin desentonar pero sin maravillar.

Hay que considerar Hijo de Caín como una cinta fallida, incluso en detalles tan absurdos como mezclar catalán y castellano en muchas conversaciones, desaprovechando el efecto dramático que podría tener su uso por parte del joven protagonista para levantar una barrera con su padre, haciendo que parezca más una motivación ideológica de sus autores que una necesidad de la película y generando un motivo más de irrealidad en su desarrollo. El cine español lleva ya unos cuantos años volcándose en el thriller, sobre todo desde que Alejandro Amenábar sentara muchos patrones a repetir con Tesis, pero da la impresión de que muchos guionistas y directores piensan que es un género fácil. Y no. Es fácil inquietar, intrigar, emocionar o provocar suspense durante un momento. Eso sí. Pero hacer una película es más complicado que eso, e Hijo de Caín lo demuestra. No es una película mala mientras se ve, como sucede en tantas ocasiones, pero pensarla una vez se ha visto evidencia muchísimas fugas de agua, que se van multiplicando hasta que sólo el espectador menos exigente le sacará verdadero partido.

2 comentarios:

Doctora dijo...

¿José Coronado no es el prota?, pero si ocupa casi todo el poster y su nombre es el primero que se ve...

Francamente, no la vería ni aunque la echasen esta noche en la tele sin anuncios.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, ya, yo me quedé igual... Mucho más protagonistas son el chaval y su psicólogo, los dos que aparecen en la foto que he puesto. Tiene cosillas que merecen la pena, pero es que al final...