viernes, mayo 07, 2010

'Más allá del tiempo', romanticismo eterno

No son buenos tiempos para el romanticismo, ni siquiera en el cine. Será que el mal momento de la comedia romántica (un subgénero dedicado ya por completo a la fotocopia pura y dura, más centrado en lo políticamente correcto que en lo verdaderamente emotivo), ha afectado demasiado, pero es cierto que ya no se ven grandes historias románticas en el cine. No muchas, al menos. Por eso, cuando uno encuentra una película de este corte, cuando se siente profundamente conmovido por la historia a la que asiste como espectador, cuando se descubre una lágrima furtiva en su emocionante final, la satisfacción es plena. No importa que Más allá del tiempo no sea perfecta, ni que sea un trabajo en muchos momentos bastante impersonal que, quizá, podría haber rodado cualquier director. Lo que sí importa es que la historia engancha, que la original mezcla entre la fantasía y el amor convence, que el disfrute está garantizado. Y las lágrimas prácticamente también.

Henry DeTamble tiene un don. Puede viajar en el tiempo. No necesita un complejo artefacto como el de películas de viajes en el tiempo como Regreso al futuro o La máquina del tiempo. Simplemente puede hacerlo, digamos como el Hiro Nakamura de la serie Héroes. Más allá del tiempo se centra en los efectos que ese don tiene en la vida personal y, concretamente en conocer y convivir con la mujer de su vida. El planteamiento por sí sólo ya es fascinante, y no sólo para los amantes de la fantasía o la ciencia ficción, sino para aquellos que disfrutan de ver a personas ordinarias en situaciones extraordinarias. ¿Cómo se puede vivir con alguien que sin control desaparece sin dejar rastro y sin qué sepas dónde (en realidad cuándo) ha ido ni cuándo va a volver? ¿Cómo afecta eso a las relaciones personales, a la convivencia diaria, al trabajo de uno y otro? ¿Y en qué medida puede un hombre mantener la cordura sabiendo cosas que le sucederán en el futuro o reviviendo sucesos dramáticos del pasado? Con eso juega esta película.

No obstante, el acercamiento al filme puede provocar cierto recelo. Primero por el título escogido, que elimina todo el sentido del original, The time traveler's wife (La mujer del viajero del tiempo). El título español y el cartel hablan de una comedia romántica más y esconden todo el cariz fantástico que encierra la historia. Una pena, porque creo que así se perderán espectadores. Después, porque su director, el alemán Robert Schewentke (Plan de vuelo: desaparecida) no es de los que arrastran masas al cine, y lo demuestra con una dirección algo rutinaria (por mucho que intente lucirse, incluso innovar, con algunos planos en movimiento) pero también eficaz. Vamos, que él no enamora, para eso ya está la historia. No pocos se han preguntado qué habría hecho otro director con este material (y no pocos han recordado cierto paralelismo entre esta historia y El curioso caso de Benjamin Button, de un gran director como es David Fincher).

Esa historia procede de una novela adaptada por el siempre lacrimógeno Bruce Joel Rubin (escribió su única película como director, Mi vida, y es guionista, entre otras, de Ghost). El guión, aunque cuenta con una resolución al único trazo de intriga planteado que, como poco, causa sorpresa (en sentido negativo) es inteligente y correcto, se mueve muy bien entre las elipsis y los saltos temporales y cuenta lo que tiene que contar de forma notable. Y sobre todo la película triunfa en lo que busca, llegar al corazón del espectador, por una carismática pareja protagonista. Eric Bana lleva años moviéndose en papeles muy diferentes y encontrando casi siempre elementos de interés. Rachel McAdams se ha hecho un hueco en algunas películas bastantes interesantes (La sombra del poder, Sherlock Holmes) y se ha ganado el derecho a que se le preste atención en el futuro.

Más allá del tiempo presenta otras cualidades. Por ejemplo, la actuación de los niños que dan vida a la infancia de los protagonistas. En este mundo dominado por agentes y estudios de mercado, cada vez parece más difícil encontrar menores que actúen con la naturalidad que se espera de ellos. Aquí hay varios. Bravo por el trabajo de cásting. También es de agradecer que la película se esfuerce en conseguir que no haya problema en reconocer la época en la que estamos viviendo ni a qué momento cronológico pertenecen los protagonistas (un trabajo de maquillaje tan espléndido como sutil, a pesar de el guión remarca innecesariamente ese aspecto en una de esas escenas, la de la boda), o que la película no se pierda en subtramas innecesarias. Quizá sea también una oportunidad perdida o una falta de ambición, pero quizá incluir más elementos o personajes secundarios hubiera desembocado en una película mucho más difícil de controlar.

No es un filme perfecto, no. No le hace falta para ser una de las propuestas más originales, e interesantes y emotivas que da el romanticismo cinematográfico de Hollywood desde hace mucho tiempo, y seguramente lo consigue porque lo que busca es, nada menos, enseñarnos un romanticismo y un amor eternos. Si durante la película alguien tiene alguna duda de si merece la pena verla, esa incógnita queda despejada con la magnífica escena final. Especialmente indicada para románticos, de incógnito o no.

5 comentarios:

Sonix dijo...

Creo que probaré a ver qué tal, quiero diversificar un poco las películas que veo.
Me parece curioso que el título, inventado, sea (para mí, que quizás soy una paranoica) la mezcla de dos títulos de adaptaciones de Matheson: "Más allá de los sueños" y "En algún lugar del tiempo"... no podía callármelo.
Ya comentaré si la peli me ha gustado o no... a ver si al menos ese toquecillo de ciencia ficción la hace más interesante.
Un beso!!

M@r@ dijo...

No la he visto,pero me gustaria opinar porque si es verdad que las comedias románticas o los dramas son muchos,pero nunca los hay que sean buenos,y es una pena la verdad,pero en peliculas de calidad me quedo con el Diario de Noah o un paseo para recordar....
Un abrazoooo

Juan Rodríguez Millán dijo...

Sonix, pues de verdad que merece la pena. Me da que los traductores españoles no sabrán nada de Matheson, pero es curioso, sí, je, je...

M@r@, por eso bueno que se difundan esas películas que sí nos llegan... Todavía no he visto El diario de Noah, y me la han recomendado por varios sitios ya...

María (LadyLuna) dijo...

Me ha gustado tu crítica.
También tu blog.
:)

Bris dijo...

Hola!En mi opinión es una de las películas románticas más tristes que he visto hasta el momento.Pero no por ello no deja de ser una gran película!


Gracias por el sitio!