lunes, octubre 24, 2011

'Eva', preciosa lección de ciencia ficción

Una película española de ciencia ficción. Sí, Eva es una película española de ciencia ficción. Ya tenemos el primer tabú roto sólo con decir el género al que pertenece el filme, ya tenemos la primera gran noticia. Eva es una película preciosa, sensible, muy bien hecha y fantásticamente bien interpretada. Y eso es la segunda gran noticia. Juntas ambas cosas, lo que hay que decir de Eva es que da gusto que un director novel haya sabido entender que para hacer ciencia ficción hay que poner en pantalla mucho más que unos logradísimos y muy cuantiosos efectos visuales, que es un género que acepta con naturalidad las historias más humanas que se puedan llevar al cine. Porque eso es lo que ofrece Eva, una historia humana, muy humana, muy reconocible. Sólo que el envoltorio es futurista. Entender eso ya merece un sincero aplauso para Kike Maíllo, su equipo y sus actores. Pero es que además han hecho un filme realmente bonito, desde su inquietante primera escena a su hermoso final. El buen cine no depende del dinero que uno se gaste. No depende de géneros. No depende de nombres. Depende de las buenas ideas. Como ésta.

Eva está ubicada en un futuro no demasiado lejano, a mediados del presente siglo. En su realidad (de hermosos paisajes naturales), conviven diseños inspirados en los años 70 y 80 con robots de dos clases. Por un lado, máquinas que se ve que lo son a simple vista. Por otro, androides, a los que en teoría es fácil distinguir por su forma de moverse y de comportarse aunque tengan aspecto humano. A pesar del título, que luego cobra la importancia que reivindica desde el cartel, el protagonista de la historia es Alex (Daniel Brühl), un científico que vuelve a casa para terminar un proyecto que inició diez años atrás. Ese proyecto consiste en dotar de emociones humanas, las de un niño, a un androide. Buscando niños que puedan prestar sus emociones al trabajo que está desarrollando, Alex se topa con Eva (Claudia Vega), una niña especialmente alegre, risueña, despierta e inteligente para su edad. En su pueblo, además, se reencontrará con su hermano, David (Alberto Ammann) y la mujer que enamoró a ambos años atrás, Lana (Marta Etura), y que cierra el lógico triángulo amoroso de la historia. Es decir, una mezcla interesante entre una historia cotidiana (muy bien aportados en pequeñas dosis los datos sobre el pasado) y un relato de ciencia ficción.

En España hemos tenido cine de terror y cine de fantasía. La ciencia ficción es todavía un reino por explorar. Eva triunfa en los dos caminos que explora. Visualmente, y sin necesidad de agolpar en la pantalla grandilocuentes efectos especiales, es una pequeña maravilla que lleva al espectador de golpe al escenario propuesto. Es un trabajo formidable que puede presumir de ser barato en comparación con lo que se gastan en Hollywood en efectos. Nadie diría que el gato robótico que acompaña a Alex no lo han animado ILM o Weta. El encaje con la estética retro, sobre todo de los vehículos, es algo más discutible, pero funciona con cierta corrección. A nivel de historia, Eva alcanza todos los territorios que se propone. Es una hermosa historia de amor, de distintos tipos de amor. Es, al mismo tiempo, una interesante reflexión sobre la condición humana (¿acaso no son las películas que tratan estos temas con brillantez joyas de la ciencia ficción?). Y la lástima es que no se pueda profundizar en las influencias que se atisban en esta película (el director confiesa que la idea se le ocurrió viendo un episodio de Doctor Who, pero a mí me vienen a la cabeza otras muchas) porque supondría destripar demasiado del contenido de este filme. Baste decir que recoge con brillantez grandes legados de la ciencia ficción.

Da gusto, además, que esta lección de cómo interpretar la ciencia ficción desde una cinematografía como la española la ofrezca un director debutante en el mundo del largometraje. Kike Maíllo, tras un par de largometrajos y mucho trabajo en publicidad, rueda con una soltura fascinante (y encuentra mucho apoyo de su equipo técnico, en la música de fabula burtoniana de Evgueni y Sacha Galperine o en la fotografía de Arnau Valls Colomer). Indiscutiblemente, un nombre a seguir. Como el de la joven Claudia Vega, que se mueve durante casi toda la película con una soltura fascinante, hasta el punto de hacer creer casi siempre (quizá cuando menos lo consigue es en su primera escena, y eso siembra algunas dudas que en seguida se revelan equivocadas) que es esa niña especial y única que ha de servir como patrón para el robot que está construyendo Alex. Eso no es fácil de encontrar y Eva lo tiene. Claudia Vega trabaja con absoluta naturalidad junto a actores que ya tienen carreras muy consolidadas, replicando con muchísimo desparpajo, provocando risas, en la mayor parte de las ocasiones a Brühl, pero también a Etura, Ammann o a Lluís Homar, quien se enfrenta al caramelo de dar vida a un androide con un enorme acierto.

Lo patrio suele tirar mucho entre la crítica, pero me da miedo que Eva no cuaje en algunos sectores precisamente por ser una película de ciencia ficción. Y es que mucha gente, como le sucede a la animación, no toma en serio a este género. No toma en serio, en realidad, a cualquier película de género. Eva, no obstante, demuestra que el cine puede aparecer en cualquier envoltorio, porque es una película visualmente atractriva y narrativamente apasionante. Quizá caiga en algún tópico, pero los solventa con corazón, con alma y también con talento. Con eso que suele faltar tantas veces en el salto que hay entre las buenas ideas que se plasman en el papel y las imágenes que después se proyectan en una pantalla. Este filme no tiene ese problema, porque su espléndido guión, magníficamente bien rematado con un final hermoso y poético, acaba convirtiéndose en una espléndida película. Maíllo ha acertado de pleno con su debut, y a uno le viene a la cabeza el nombre de Duncan Jones y su debut con Moon. Eva no tiene nada que envidiar a nadie, porque es una preciosa lección de cómo hacer ciencia ficción y de cómo hacer cine de género en español. Bravo.

5 comentarios:

Meg dijo...

Desde luego, sólo por atreverse con el género merece la pensa darle una oportunidad... :-)

Key Hunters dijo...

¡Aaaaay! ¡Ésta la tenía yo que haber visto en Sitges, pero al final no pude ir al dichoso festival! ¡Jooo! Pero bueno, la veré en cuanto pueda.

Jo Grass dijo...

No sabes la ilusión que me hace leer esta crítica, porque yo no puedo ser objetiva con ellos. Los he visto crecer, lidiar todos los frentes, realizar sus primeros cortos. Este es claramente el resultado de una promoción estelar de la escuela de cine, y se trata de una producción de la propia escuela. Kike firma parte de ese grupo de talentos que se formaron en el mismo curso, que disfrutaron de nuestro entusiasmo pero también sufrieron nuestros errores, junto a Bayona, Guillem Morales, Javier Domingo,Roser Aguilar y otros muchos que todavía tienen que ver la luz. Esperando estoy el debut en el largo de Lluis Segura, que también dará que hablar. Y qué decir de Arnau y su magnífico trabajo a cargo de la fotografía, de una promoción posterior pero curtido en rodajes con los que le preceden, como Oscar Faura, y antes que el Xavi Giménez. Y de los montadores, sonidistas, o el debut en la producción de largos de Carrizosa. No tengo palabras para echarles flores a todos, pero con tu permiso voy a pasarle a Kike este post.
Besos

fus dijo...

Que bien escribes y como relatas, habia oido hablar de esta pelìcula y las cristicas no son nada malas, habrà que ir a verla, ademas es una producciòn española.
Acabo de conocer tu blog y con tu permiso me quedarè cerca para seguir leyendote.

un fuerte saludo

fus

Juan Rodríguez Millán dijo...

La pequeña Meg, se la merece, se la merece...

Cris, yo la llevaba esperando un tiempo y no me ha defraudado en lo más mínimo.

Key, ¡vaya por dios! Pues que no se te escape, ¿eh...?

Jo, si son nombres que tú mencionas, tengo que apuntarlos todos... Yo sólo le puedo dar la enhorabuena al director a todos cuantos han hecho posible 'Eva', porque me ha encantado.

Fus, te agradezco mucho tus palabras y, por supuesto, te doy la bienvenida y espero que te pases por aquí cuando quieras. Como os he dicho a todos, 'Eva' merece la pena.